La transformación digital en Europa

Hace tiempo que oímos con frecuencia que estamos de lleno en la época de la transformación digital y tanto las administraciones públicas como la mayoría de las empresas están inmersas en una transformación que no solo es tecnológica, si no que implica un cambio de mentalidad y de adaptación de formas diferentes para afrontar el futuro.

La transformación digital es la aplicación de las capacidades digitales a los procesos, productos y activos para mejorar la eficiencia, gestionar el riesgo y descubrir nuevas oportunidades de generación de ingresos. Es la integración de la tecnología digital en todas las áreas de una organización y supone un cambio cultural que requiere que ésta desafíe su propio status quo y lleve a cabo la reinvención de la mayoría de sus áreas, su cadena de suministro, flujo del trabajo, las habilidades de sus empleados y también los procesos de discusión internos.

Este cambio permite que las organizaciones compitan mejor al mismo tiempo que la tecnología evoluciona en un entorno económico que, además, cambia constantemente. Lo digital convierte los procesos en datos y eso permite a las organizaciones ver su negocio a través del prisma de los datos y la capacidad de asociar esos datos con indicadores, haciendo así que sea una organización más eficiente.

El cambio digital a todos los niveles no se detendrá y con toda seguridad se acelerará. Las empresas que anticipen, cambien e innoven mejor y se adapten más rápido a la realidad digital estarán mejor preparadas para afrontar el futuro. En los países de nuestro entorno las empresas se están transformando más rápidamente que muchas de nuestras empresas y quedarse atrás significa la pérdida de oportunidades en el mundo globalizado actual.

La Unión Europea es consciente del reto que supone la transformación digital y para intentar seguir el ritmo de otras potencias mundiales, como EE.UU. y China, en febrero de 2020 aprobó una estrategia digital y en marzo de 2021 ha presentado lo que ha denominado una "brújula digital", que pretende señalar el camino para alcanzar los objetivos marcados para esta década.

La estrategia digital busca configurar el futuro digital de Europa y considera que las tecnologías digitales serán el factor de diferenciación clave para el éxito de la transición hacia una economía y una sociedad sostenibles después de la pandemia. El planteamiento europeo en materia de transformación digital es visto también como un punto de apoyo importante para incrementar la influencia de la UE en el mundo.

Una de sus líneas de acción es que la tecnología debe estar al servicio de las personas, acelerando el despliegue de la banda ancha ultrarrápida en todas las organizaciones, centros de enseñanza y sanitarios, hogares, etc. de toda la UE y ampliar la capacidad europea para desarrollar soluciones innovadoras en ámbitos como la medicina, transportes y medio ambiente.

El enfoque que guía a la UE pretende garantizar que sus países aprovechen la oportunidad e insta a sus ciudadanos, empresas y administraciones a asumir el control de la transformación digital. También pretende una sociedad abierta, democrática y sostenible que utilice la tecnología para ayudar a ser climáticamente neutros en 2050 y dar a los ciudadanos mayor control y protección de sus datos.

Para hacer realidad en 2030 la estrategia digital, la UE ha propuesto una "brújula digital" que tiene como puntos clave que los ciudadanos dispongan de las capacidades digitales y profesionales necesarias, disponer de unas infraestructuras digitales seguras, eficaces y sostenibles y que todos los hogares y las zonas pobladas estén dotadas de redes 5G.

Las organizaciones públicas y privadas no pueden perder el tren de la transformación digital porque eso significará pérdida de eficiencia y de oportunidades y relegará al país y sus empresas a un segundo plano.

Para los ciudadanos, como usuarios de a pie, la tecnología está cada vez más presente en nuestra vida diaria y nos la hace más sencilla y cómoda, aunque cada vez nos resulte más difícil seguir su evolución permanente, pero no nos queda más remedio, tenemos que intentar adaptarnos a los continuos cambios de este mundo tecnológico, porque es en el que nos ha tocado vivir.