Verinsur

La sostenibilidad del medio ambiente, objetivo de Verinsur

  • La planta de gestión de residuos, gracias a su apuesta por la innovación con la ósmosis inversa, consigue generar en la propia instalación toda el agua que necesitan para sus procesos

Planta de pretratamiento de ósmosis.

Planta de pretratamiento de ósmosis.

Con una superficie de 55 hectáreas, Verinsur es una de las plantas de residuos más punteras de España. Durante sus casi 25 años de vida, la instalación ha sufrido una serie de cambios que han desembocado en una instalación moderna y adaptada a las necesidades actuales. Fue en 2012 cuando, tras varios procesos de modernización, instalaron la planta de ósmosis inversa para la valorización de residuos líquidos, lo que les sitúa a la vanguardia de las plantas de tratamiento de residuos a nivel nacional. Esta planta de membrana en platos fue la primera que se instalaba en un vertedero que no fuese de residuo urbano y es la única que realiza el tratamiento de ósmosis inversa en España.

Como explica Luis León, del departamento de operaciones de Verinsur, “nuestro trabajo consiste en coger un residuo, ver qué contaminantes tiene y darle tratamiento de tal manera que fijemos esos contaminantes y no se puedan verter al medio”.

Desde el punto de vista de la gestión del agua, en Verinsur recuperan el total del agua de los residuos que gestionan. “Pasamos los residuos que se generan en el vertedero en forma de lixiviado, les hacemos un pre tratamiento y lo pasamos por una planta de ósmosis inversa. Lo que hacemos es retirarle los contaminantes y conseguir un agua que después utilizamos para todos nuestros procesos en planta”, explica León. De esta manera, no consumen recursos del medio, sino que los generan en la planta a partir de esos residuos. Como explotación similar a una explotación minera, generan polvo en todo el proceso debido a los camiones que allí trabajan, pero riegan los caminos del vertedero (en invierno al menos una vez al día y en verano dos o tres veces al día, en función de cómo esté el ambiente) con el agua generada en su propio proceso para eliminar o minimizar las emisiones.

El proceso. El proceso.

El proceso.

Ósmosis inversa

La clave de la gestión del agua en Verinsur está en la ósmosis inversa. Para que se puedan hacer una idea, el sistema funciona de la siguiente forma “si jugáramos al tenis y la pelota diese contra una de las vallas de protección laterales de la pista, ésta rebotaría. Pero sin embargo, si presionamos la pelota contra la valla, llega un momento en que se consigue que pase hacia el otro lado”.

Con la membrana de una ósmosis el proceso es mismo: al aplicar presión, la molécula de agua sí consigue pasar la membrana generando un efluente de agua limpia que se utilizará más adelante, sin embargo, los contaminantes que se quedan en la membrana se recogen por otro canal y salen hacia otro sitio.

Los residuos que se quedan “fuera” de la membrana, son sometidos a un tratamiento de estabilización y son depositados en el vertedero. El resultado de todo el proceso es la concentración y el tratamiento de los contaminantes de manera que no continúen generando residuo, para ello se depositan en un vaso de vertido especialmente diseñado para ese tipo de residuos.

El proceso es similar al que realizan las desalinizadoras de agua, pero eliminando los contaminantes de los residuos: al meter presión al agua salada, las sales se quedan en un lado de la membrana y el agua pasa al otro lado de la membrana generando así agua que se puede potabilizar.

Aunque el agua resultante no se puede llamar “pura” ya que hay moléculas con cierta cantidad de materia orgánica que sí que traspasan la membrana, en Verinsur hacen tratamientos posteriores para poderla utilizar en la instalación tras pasar una serie de controles analíticos imprescindibles para su posterior utilización. Todos sus procesos industriales como el lavado de envases y residuos de plástico que reciclan posteriormente, la limpieza de las máquinas presentes en la planta o el riego de los caminos lo hacen con el agua procedente de la ósmosis.

Gracias a estas técnicas, en Verinsur llevan a gala tener vertido 0, “no vertemos nada al medio, y el agua que generamos en la instalación, ya sea de lluvia, de lixivado o de residuos, lo pasamos por la planta de ósmosis y le extraemos el agua. Con este proceso, extraemos un 65% del agua”, concluye León.

Planta de ósmosis. Planta de ósmosis.

Planta de ósmosis.

La clave está en la concienciación desde pequeños

En cuanto a lo que queda por hacer, el experto en reciclaje aboga por la concienciación, por eso organizan visitas de colegios a la planta donde les ofrecen charlas de formación. Allí, explican a los más pequeños temas sencillos sobre el reciclaje y medioambiente. “Es complicado luchar contra un martilleo continuo de economía lineal, pero hay que empezar a inculcar a los niños la economía circular”, apunta León. “Creemos que si se lo decimos a los niños, hacemos más que si se lo decimos a los padres. Hay que concienciarlos de que las fracciones hay que separarlas, inculcarles nociones tan básicas como que la ropa hay que reutilizarla, y en el caso de que no se pueda hay que reciclarla”, dice el experto.

A su juicio, “aunque se habla mucho de economía circular, los inputs son continuos de compra, consume, tira. Esa economía lineal es muy difícil de romper y ya empiezan a aparecer empresas productoras que están concienciadas con esta filosofía”. Para llevar a cabo una economía circular real es fundamental que al ciudadano se le ponga fácil y que se inculque desde pequeños.

Uno de los grandes problemas de la sociedad española hoy día, a juicio de León, es que “percibimos que la gestión del residuo es gratis, y cuando algo es gratis, no se le da el valor que merece”. Como ejemplo a seguir, apunta a algunos países de Europa en los que la máxima “el que contamina paga” se lleva a rajatabla, y explica que, en algunos países, cada ciudadano tiene una tarjeta individual e intransferible para poder abrir el contenedor, la basura se pesa cuando es introducida y posteriormente la administración cobra al ciudadano en función de la basura que genera.