La pandemia de covid se llevó muchas cosas, entre ellas las tradiciones más arraigadas de las ferias. Pero este 2022 es el año de volver a vivir las cosas como se han hecho toda la vida. Así, el Ayuntamiento de Vera ha recuperado su corrida de cintas en donde siempre, en la calle Isabel la Católica (el año pasado se hicieron en la calle del Mar por ser una vía más espaciosa).

El jueves, las cinteras y los ciclistas regresaron a hacer el paseíllo desde la Plaza Mayor hasta la tradicional calle en pendiente, decorada para la ocasión con una tribuna presidida por el escudo de Vera. En ambas aceras, separadas de la calzada por vallas revestidas de granate, cientos de personas esperaban expectantes para ver cómo niños y jóvenes se lanzaban cuesta abajo para capturar las cintas de colores.

Pocas actividades hay en el programa festivo más tradicionales que esta. De hecho, las cinteras dedican meses a la elaboración de las telas preciosamente decoradas que luego cuelgan de un canutillo de caña para que las atrapen con un palillo desde las bicicletas. El premio: llevarse la cinta y un beso.

Las cinteras, con la concejala de Festejos.

Carrozas por el centro

Otra de las tradiciones que ha regresado tras la pandemia es el desfile de carrozas, aunque con novedades. Este viernes no partieron desde el pabellón municipal, como es habitual, sino que esta vez lo hicieron desde algo más abajo en la calle Mayor.

Eran algo más de las seis y veinte cuando comenzó el desfile. En total participaron ocho carrozas con temática infantil: El Rey León, Pinocho, Tadeo Jones, Monstruos SA, Los Picapiedra, La Patrulla Canina, Los Minions y Coco.  Pero abría el cortejo un grupo un pasacalles de malabaristas y personajes circenses.

Sobre las carrozas, unos 90 niños disfrazados con trajes coloridos a juego con las diferentes carrozas.

Cerrando el desfile, la charanga Los Chorreones acompañaba a otras dos carrozas con las reinas y damas de las fiestas:primero las infantiles y luego las juveniles.