Las investigaciones de la Guardia Civil ya han dado su fruto, apenas un día después de que varios vecinos de Turre denunciaran la llegada de una familia desde Madrid sin respectar el estado de alarma a causa del coronavirus. La Comandancia de Almería ha informado de que ya han podido comprobar que estos llegaron hasta la localidad levantina el pasado miércoles, equipados con maletas.
Los agentes ya han interpuesto una denuncia contra ellos por realizar un desplazamiento no autorizado hasta una residencia diferente a la habitual, en virtud del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19. Además, el caso se ha elevado a la Subdelegación del Gobierno en Almería para que se estudien posibles medidas complementarias, como su expulsión.
La familia, compuesta por dos adultos y un niño, se alojan desde hace unos días en la vivienda de la madre de ella, en una urbanización cercana al tanatorio de Turre. Este domingo por la tarde los vecinos se dieron cuenta de su presencia y avisaron a las fuerzas de seguridad, que se personaron en el domicilio. A pesar de las explicaciones que estos les dieron, se inició una investigación que ha conseguido esclarecer que la llegada se produjo el pasado miércoles 25 de marzo, ignorando así las limitaciones de movilidad impuestas por el Gobierno.
La investigación ha sido muy rápida gracias a que la urbanización está dotada con numerosas cámaras de seguridad cuyas grabaciones ha podido revisar la Guardia Civil, además de llevar a cabo otras investigaciones.
Una llamada a la calma
Tanto la Guardia Civil como el Ayuntamiento de Turre han hecho un llamamiento a la calma ante el revuelo que este caso ha provocado en el municipio. Han asegurado que tomarán todas las medidas pertinentes en el marco de la ley para que no exista riesgo alguno para la población. De igual modo, el regidor Martín Morales ha dejado claro que "estas personas no tienen coronavirus" y ha pedido que se dejen de compartir bulos por las redes sociales, que son constitutivos de delito.
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