El próximo martes 9 de noviembre se cumplen 503 años del terremoto que destruyó la antigua ciudad de Vera, aquella que estaba situada en el cerro del Espíritu Santo. Ese, precisamente, es el lugar elegido desde 2014 para conmemorar este suceso histórico tan relevante y homenajear a las 150 víctimas que perecieron entonces. Sin embargo, este año la lluvia impidió que los actos se llevaran a cabo en ese escenario ancestral y se tuvieron que trasladar al Cine-Teatro Regio.

Este viernes a las 22.30 horas el grupo 'No eres de Vera si...' volvió a conmemorar el terremoto de 1518, con la colaboración del Ayuntamiento y algunos comercios de la localidad. Como siempre, lo hicieron ataviados con trajes de época y portando la bandera rojo carmesí de la ciudad. Esta tradición cumple ya ocho años, aunque ha ido variado de actividades y lugar en cada edición.

Esta vez no pudieron subir al cerro del Espíritu Santo, en cuya ermita-aljibe estaba previsto que se llevasen a cabo los actos conmemorativos. En su lugar, el recién remodelado Cine-Teatro Regio sirvió como escenario para las poesías, ronce de ciego, discursos, actuaciones musicales y actos de recuerdo a las víctimas de aquel fatídico seísmo que cambio para siempre la historia de Vera.

Abrió el acto el alcalde de Vera, José Carmelo Jorge, que felicitó a los organizadores por mantener vivo el recuerdo de un suceso crucial en la historia de la ciudad. Tras él, la concejal de Cultura, María Manuela Caparrós, recordó que este pasado verano se realizó una excavación arqueológica en el yacimiento del Espíritu Santo para "desvelar más información sobre la antigua Bayra, para su puesta en valor y poder mostrar al mundo cómo fue nuestra ciudad, cómo era la vida de nuestros antepasados".

El alcalde de Vera, José Carmelo Jorge, en el acto de conmemoración del terremoto de Vera.

El párroco de Vera, Jesús Martín Gómez, rezó por las almas de los 150 difuntos aquel 9 de noviembre de 1518 y recordó a las víctimas de otras catástrofes naturales en todo el mundo.

Tras los protocolarios discursos de bienvenida, la maestra de ceremonias, Francisca de los Ángeles Caparrós, dio paso a la lectura de dos poesías alusivas a la antigua Vera y al cerro. Rosa Cortizo y Antonia Jerez, vestidas de época, recitaron ante el público asistente, algunas decenas de vecinos. 

Llegadas las once de la noche, hora en la que la tierra tembló violentamente aquella noche de 1518, se guardó un minuto de silencio por las víctimas: 150 de toda edad y condición.

Después llegó el turno del romance de ciego, un año más brillantemente interpretado por Antonio Gallardo. Transportó a los asistentes a cualquier plaza del siglo XVI en la que la gente se arremolinaba alrededor del trovador para escuchar lo acontecido en aquella ciudad del Reino de Granada.

Intervención del corregidor Francisco de Castilla.

Tampoco faltaron las actuaciones musicales, en este caso con el tenor Enrique Parra, que cantó 'La muerte no es el final', y con el cuarteto vocal Anacrusa, que cantó 'Señor, me cansa la vida' y más tarde repitieron con 'Signore delle cime'.

El contexto histórico, con datos perfectamente documentados en textos de la época y recogidos por Gabriel Flores, lo pusieron tres personas históricos reales: el corregidor de Almería, Guadix, Baza y Vera, Francisco de Castilla, interpretado pro Rodolfo Criado; el notario y escribano real del concejo, Rodrigo de Salas, en cuya piel se puso Felicísimo Lorenzo; y el alcalde mayor de Vera en 1518, Íñigo de Guevara, recreado por José Antonio Olmedo.

El homenaje concluyó con una ofrenda floral realizada por un grupo de niños y con un chocolate caliente y bizcochos ofrecidos por Churrería Chispa.