La COVID-19 está en el origen del aplazamiento de la celebración del 'Día de Adra',  que estaba programado para el día de ayer, en aplicación del acuerdo que adoptó la Corporación Municipal en sesión plenaria celebrada el pasado 1 de octubre.

La declaración del 2 de enero como el Día del Municipio contó con el respaldo del equipo de gobierno PP-Cs. Para estas dos formaciones políticas se trata de una fecha de gran significación en la milenaria historia de la ciudad. No en vano, el 2 de enero de 1912, el rey Alfonso XIII le concedió a Adra el título de ciudad “ como prueba de “Mi Real aprecio a la villa de Adra, por el creciente desarrollo de su agricultura, industria y comercio y su constante adhesión a la Monarquía” según se recogía en la página 32 del actual Boletín Oficial del Estado y entonces Gaceta de Madrid.

El grupo socialista se abstuvo en la votación y defendió la fecha del 17 de octubre para instaurar esta celebración por coincidir con el reconocimiento y deslinde de Adra La Nueva y Adra La Vieja.” Creemos, tras consultar con varios historiadores, que representa mejor el carácter plural de nuestro pueblo», señalaron.

El 10 de enero de 1912, la Corporación Municipal, reunida en sesión plenaria, se dio por enterada de esta concesión y mostró su gratitud. El alcalde, Antonio Soler, ordenó que se diera a conocer a los vecinos la merced concedida que se inspiró “principalmente en las bondades evidentes del joven Monarca, que hoy ejerce el poder real, es muy justo, se tribute a este homenaje de respetuoso reconocimiento en un sentido Memorial, que hubiera de cursarse por el conducto debido, en el que se consigne el acendrado cariño que la hoy Ciudad de Adra profesa a la dinastía reinante” señaló entonces el primer edil abderitano. Adra, de este modo, es la ciudad más antigua de la provincia y se encuentra entre las más antiguas del Estado bajo esa condición.

La concesión de este título es uno de los tres hechos con más influencia en la historia institucional del municipio. También lo es el 22 de febrero de 1505 cuando la reina Juana I de Castilla otorga privilegios a la Villa de Adra en forma de exenciones del pago de impuestos con el fin de procurar “el poblamiento de estas tierras por gentes de otros lugares, ya que habían quedado despobladas por las guerras de Reconquista”. Estos privilegios fueron confirmados por los Reyes que la sucedieron hasta Carlos III. El otro hecho influyente se produjo en 1936 con la segregación de la Barriada de La Alquería, que se constituye como municipio independiente para volver a integrarse en el municipio en 1861.