Siéntete seguro, ven a Andalucía
  • Su increíble gastronomía vinculada a la herencia pesquera de la zona, el patrimonio histórico, el turismo activo o el encanto de sus rincones de interior

Carboneras sabe aMar

Carboneras sabe aMar Carboneras sabe aMar

Carboneras sabe aMar

Sabor a mar, a arena en la piel, a tardes de charlas en el puerto, a paseos en la orilla, a sobremesas con calma y a disfrute estival. Carboneras sabe a todo eso y más, porque aquí el mar lo impregna todo. Su increíble gastronomía vinculada a la herencia pesquera de la zona, el patrimonio histórico con la Torre de Mesa Roldán, el turismo activo de la zona con innumerables aventuras bajo un fondo marino protegido por su gran riqueza natural o el encanto de sus rincones de interior.

El mar a propósito de todo y como propósito de todo, porque si Carboneras tuviese un sabor sin duda, sería el del mar, ese que lo cura todo y te hace amar.

Carboneras sabe aMar. Amar la naturaleza. En el corazón del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, cuenta con playas de ensueño como la de Los Muertos y El Corral que, en estado salvaje, comparten el Mediterráneo con sus excelentes playas urbanas. Una naturaleza que brota hasta del propio mar para crear la Isla de San Andrés, monumento natural.

Amar la cultura ancestral. Con el Castillo de San Andrés, del siglo XVI, marcando el carácter de su casco antiguo y escenario privilegiado de la vida cultural. Con la referencia nacional de sus Moros y Cristianos, que se celebran cada 13 de junio. Con el Faro de Mesa Roldán y la Torre del mismo nombre, protagonista de Juego de Tronos, como uno de los emblemas del municipio compitiendo en la belleza de sus vistas del litoral con la Torre del Rayo, de época nazarí.

Amar la gastronomía. Con el pescado fresco como protagonista gracias los hombres de la mar que llenan de vida el Puerto Pesquero. Cuando se cumplen 30 años de este Puerto, visitar la subasta de su Lonja es todo un espectáculo. Su pez espada, galanes, gamba roja o calamar deleitan el gusto en los arroces, parrilladas o calderetas que sirve la hostelería local. Tampoco faltan las tapas, platos tradicionales como las migas, los gurullos, las pelotas o el tabernero junto a las carnes sazonadas y ensaladas de las huertas del pueblo.

Amar los rincones por explorar. La Serrata o el Cañillo se suman a imprescindibles como el sendero del río Alías en el que perviven antiguos molinos de agua, que se hermanan con el de viento del propio núcleo de Carboneras. Los más audaces no pueden dejar de apuntar a su lista la sorprendente visita a barriadas como El Llano de Don Antonio, El Saltador, El Argamasón o La Cueva del Pájaro.

Amar el deporte al aire libre. Con una temperatura media de 20 grados y 300 días de sol al año, el esnórquel, el submarismo, las rutas en kayak o el paddle surf son siempre una opción. Los amantes del atletismo y del ciclismo recorren pistas, montañas y caminos en los que la soledad se llena de belleza por la compañía de la tierra en su máxima expresión.

Amar el cine. Fue hace más de 50 años cuando un escocés llamado Eddie Fowlie llegó a Almería buscando exteriores para ‘Lawrence de Arabia’. Los encontró en el entorno de la playa de El Algarrobico. ‘Cómo Gané la Guerra’, con John Lennon de protagonista, Vivir es Fácil con los Ojos Cerrados’ o ‘Corre, Cuchillo, Corre’ también llevaron hasta la gran pantalla la inmensidad de la luz de Carboneras. El sabor a mar y el saber aMar esperan en Carboneras.

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