El Ayuntamiento de El Ejido, a través de la concejalía de Cultura, ha iniciado el proceso de restauración del pedestal de Caracalla que, de titularidad estatal, se encontraba ubicado en el depósito del Museo de Almería y que ha sido recientemente cedido, de manera temporal, al municipio por la consejería de Cultura y Patrimonio Histórico.

Para dar a conocer de primera mano estos importantes trabajos, el Consistorio ha iniciado una ronda de visitas entre los escolares del municipio. Los primeros en participar en esta importante iniciativa han sido los alumnos de Primero de Bachillerato de Artes del IES Santo Domingo.

La pieza es considerada "un bien histórico honorífico romano dedicado por la ciudad de Murgi a Marco Aurelio Antonino", destaca la edil Julia Ibáñez

A este respecto, la concejala responsable de Cultura, Julia Ibáñez, explica que “con ello, pretendemos hacer partícipe a la ciudadanía y muy especialmente a la comunidad educativa del importante proceso de rehabilitación del pedestal, considerado un bien histórico honorífico romano dedicado por la ciudad de Murgi a Marco Aurelio Antonino, y que constará básicamente de una primera fase de limpieza y acondicionamiento y una segunda de unión e integración de la pieza”.

Y es que “apostamos por implicar a los escolares del municipio en este tipo de iniciativas, de manera que el público joven se sienta parte de su propia historia o bien que la descubra generando recursos divulgativos”, concreta la edil.

De forma previa a la visita, los estudiantes de Artes conocieron también los restos, de gran valor histórico y patrimonial, que albergan la Sala de la Prehistoria y la Sala Romana de la Colección Arqueológica de El Ejido. Y es que, tal y como recuerda Ibáñez, “contamos con un rico patrimonio histórico que queremos poner en valor, promover y divulgar no sólo como recurso cultural sino también turístico y como objeto de estudio para las generaciones futuras”.

El pedestal salió en su día del Yacimiento de Ciavieja, de la antigua ciudad romana de Murgi y es un monumento honorífico que, dedicado por una ciudad a un emperador, solía ocupar un lugar destacado del foro de la ciudad. La dedicatoria estuvo motivada por el nombramiento de Caracalla como Augusto y su asociación al poder imperial junto a su padre Septimio Severo.