El mar lleva mucho tiempo intentando, y logrando con el paso de los años, ganar terreno al núcleo urbano de Balerma; y es la franja de playa, sus dimensiones, la que sufre las consecuencias tanto de la particular morfología del lugar como del desarrollo urbanístico de un núcleo de población que ha crecido justamente mirando al Mediterráneo. El tramo que presenta menos anchura, de unos 400 metros de longitud, resulta inferior a las posibles oscilaciones de la costa en periodo de temporal, lo que con frecuencia supone un problema que, por el momento, se va a seguir atajando como se viene haciendo en las últimas décadas, pues el Ministerio de Fomento, a través de Costas, ha considerado que la mejor solución sigue siendo aportar arena extra y realizar "vertidos periódicos de mantenimiento" en la zona, para lo cual considera "esencial" no alterar en ningún caso el estado actual del espigón de la Punta del Moro.

Así lo explicó ayer el jefe Provincial de Costas, Miguel Ángel Castillo, a vecinos de Balerma y miembros de la Junta Local, con los que mantuvo una reunión auspiciada por el alcalde de El Ejido, Francisco Góngora, a la que también acudieron los ediles de Obras Públicas, Mantenimiento y Servicios, Turismo y Participación Ciudadana.

El responsable almeriense de Costas dio cuenta del exhaustivo informe que ha elaboradoel Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas del Ministerio de Fomento (CEDEX), basado en mediciones, estudios y análisis que han realizado los técnicos en torno al estudio morfológico de la costa, descripción del clima marítimo, dinámica del litoral, sedimentos y transporte sólido, y el análisis de la evolución de la franja de playa. El objetivo, según explicó el propio Castillo, era "establecer las soluciones técnicas de actuación para aplacar el desgaste y avance del mar". En dicho informe "se han tenido en cuenta todos los estudios efectuados en la zona con anterioridad".

El CEDEX concluye que la complicación de la estrechez de la franja en cuestión "tiene su origen en la ocupación urbana del frente activo litoral, agravado por la reducción de aportes de los cauces naturales; especialmente el río Adra y, en menor medida de las ramblas que desembocan en dicho tramo". La construcción del Paseo Marítimo de Balerma, hace 31 años, llevó aparejada también la solución de aportar arena a la playa. "Pero el vertido de arena para avanzar en ese tramo puntual provoca una convexidad en el tramo recto. La dinámica litoral tiende a uniformizar de nuevo la linealidad del tramo, incrementando puntualmente el transporte sólido longitudinal; acabando ese material aguas abajo, retenido por el espigón de la Punta del Moro", explicó Castillo. Al hilo, y tras valorar (y descartar) hasta tres posibles actuaciones con las que mejorar la situación actual, la conclusión a la que han llegado los técnicos es seguir "gestionando el sedimento con vertidos periódicos de mantenimiento, desde la acumulación que se produce al norte del espigón de Punta del Moro, y en una cantidad en torno a 14.000 m3 (cantidad que puede variar en función de la pérdida de anchura en dicha franja)".

El alcalde, Francisco Góngora, indica que comparte "la preocupación de los vecinos" y cree acertada la decisión de Costas, pues entiende que "cualquiera de las otras tres actuaciones no garantizarían la seguridad y la estabilidad del frente costero y, además, podrían causar daños colaterales en otras zonas del litoral ejidense