Huércal de Almería

Un centenar de vecinos toman parte en la fiesta de la matanza

  • La actividad la ha recuperado una de las asociaciones del municipio y ha sido todo el fin de semana

Fin de semana de matanza en Huércal de Almería Fin de semana de matanza en Huércal de Almería

Fin de semana de matanza en Huércal de Almería

Un centenar de vecinos de Huércal de Almería participó durante todo este fin de semana en la gran fiesta de la matanza, una tradición que se ha desarrollado durante muchos años en el municipio y que se había perdido hasta los últimos años, y que gracias a una de las asociaciones más activas de la localidad se ha recuperado, atrayendo a un gran número de participantes, algunos de ellos llegados incluso desde municipios próximos.

La actividad comenzaba el jueves con los preparativos en el Campo de Fútbol Villa de San Pablo, sede de la Asociación de Vecinos Barrio Visiedo, con una decena de personas trabajando para limpiar las tripas y cortando cebolla.

El viernes a mediodía empezaría a prepararse la morcilla. Llegado el cerdo, este fue despedazado, se quitaron y picaron las mantecas y se picó la cebolla para elaborar las morcillas que estarían terminadas para ser servidas por la noche junto a platos de carne asada. El sábado durante todo el día prosiguió la matanza en la instalación y a mediodía se preparó una fuente de migas con asadura en ajillo, repitiendo ración de carne asada para la noche. El domingo se cerraría la actividad con una caldera de trigo de cinco kilogramos a mediodía, comida que se prolongó hasta entrada la tarde. Durante los tres días de matanza participaron en la misma cerca de un centenar de ciudadanos que previamente debían estar inscritos.

La matanza era todo un ritual en las zonas rurales de Andalucía y una práctica muy habitual en los municipios del Bajo Andarax hasta hace pocas décadas.

La época de matanza comenzaba tradicionalmente el 8 de diciembre y alcanzaba su punto más álgudo durante las Navidades, cuando los vecinos recorrían los cortijos y calles de Huércal de Almería cantando villancicos navideños y eran agasajados en las casas a las que llegaban con duces y anís. En algunos casos la matanza duraba hasta la última semana de febrero, pues las bajas temperaturas necesarias para la manipulación de la carne en unos años en los que todavía no existía el frigorífico ayudaban a ello como también lo hacían las salazones, el secado o los aliños.

En la matanza anual del cerdo participaba toda la familia. En cada casa solía matarse un cerdo que previamente habían estado engordando durante el año. Se trataba de un acontecimiento en el que participaban familiares y amigos y que solía durar dos o tres días.

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