José Rodríguez Bonilla, cura párroco de la Villa de Níjar y administrador de la de Huebro, cerró ayer los actos religiosos en honor a la Virgen del Rosario. Los oficios se han concelebrado durante los últimos días para honrar a la Patrona de este pequeño barrio, independiente hasta 1860 cuando se integró y donde se sitúa el primer asentamiento vecinal del término municipal de Níjar.

El programa de misas se ha reunido en torno a un Triduo que se han celebrado entre los días 1,2 y 3 de este mes en la Iglesia de este barrio. Este templo acogió en la matinal de anteayer la Misa Mayor y desde las 19:00 horas de ayer, fue testigo de la misa que despide esta festividad, como es costumbre.

Rodríguez Bonilla empleó el año pasado el recurso del Triduo, conjunto de misas que se celebran durante tres días, y le añadió dos más, para enriquecer estas fiestas patronales y en la edición de este año ha dado continuidad a esta decisión.

La festividad de esta edición se ha reducido a los actos religiosos. La aplicación de las medidas sanitarias de la COVID-19 ha suspendido la celebración de la popular romería de la Virgen. Pero, con todo, fieles y devotos de la Virgen del Rosario, nijareños en su mayoría, pero también de otros puntos, han subido andando hasta esta pequeño barriada, de 27 vecinos.

Lo han hecho movidos por la tradición y por su fe, y “por su cuenta”, ya que no ha habido organización oficial. En el caso de los vecinos de la Villa de Níjar, la distancia que separa a ambos enclaves es de unos 5 kilómetros.

La llegada de Rodríguez Bonilla, en setiembre de 2014, ha operado una serie de cambios en la escenografía más tradicional de esta romería, en la que se llegaban a reencontrar dos vírgenes, la de la parroquia de la Villa de Níjar y su ‘hermana’ del Rosario de Huebro. El Obispado de Almería lo suprimió en 2015 “porque no podía ser que se encontraran dos imágenes de la Virgen”.

En mayo de 2017, la Virgen del Rosario salió de la iglesia de esta pequeña pedanía, a hombros de romeros, para procesionar en romería hasta la Iglesia de la Villa de Níjar. El hecho de ser la primera vez que la Patrona de Huebro salía de su sede parroquial derivó en un ‘conflicto de intereses’ que cruzó a detractores, alrededor de medio centenar que trataron de impedir la salida y quienes defendían lo contrario.

La presencia de agentes de la Guardía Civil rebajó la tensión y calmó los ánimos, y la romería acabó por celebrarse. Desde el año pasado, se celebra un Septenario en la Iglesia de Nuestra Señora de la Anunciación, de la Villa, con la imagen presente de la Virgen del Rosario.