Níjar

La pandemia hurta a los nijareños del día más grande de su calendario

  •  La COVID-19 redujo la fiesta de su Patrón San Sebastián a la celebración de la Misa Patronal en la Parroquia de la Anunciación

La pandemia dejó ayer a los nijareños sin la alegría de su día grande en honor a San Sebastián, uno de los patrones de la localidad junto al de San Isidro Labrador. La situación sanitaria marca, así, un antes y después en esta anccestral festividad que sitúa sus orígenes en 1488, según está documentado.

La fiesta, así las cosas, se trasladó a la intimidad de las casas, después de pasar por la Parroquia de Santa María de la Anunciación, de la Villa, donde su cura-párroco desde septiembre de 2014, José Rodríguez Bonilla, ofició la Misa Patronal al mediodía, bajo las medidas de prevención contra la COVID-19 que se vienen aplicando en los oficios semanales y los de los domingo.

La Misa, en esta ocasión, no tuvo su continuidad con el acto procesional de la imagen del Patrón por las calles de la Villa, que quedó suspendido.

Era intención del párroco Rodríguez Bonilla invitar a la ceremonia a los párrocos vecinos, pero su deseo de hacerles partícipes se topó con el confinamiento perimetral que pesa sobre el municipio por su alta incidencia de afectados desde el día de ayer y resultó incumplido. Con todo, Manuel Pozo, sacerdote titular de la barriada de San Isidro, le asistió durante la ceremonia.

El calendario laboral significa el 20 de enero como fiesta local en Níjar, pero la realidad fue otra bien distinta en el día de ayer. El día grande de la primera fiesta de la localidad se quedó únicamente en el enunciado, con todos los actos suspendidos. El silencio sustituyó al bullicio de ediciones pasadas de esta fiesta y se oyó y mucho ayer en la Villa de Níjar.

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