La procesión de la imagen de San José despide esta edición festiva de Abrucena

Abrucena despidió ayer sus fiestas de verano con pasión y sufrimiento. Los abruceneros entregaron toda su devoción a San José, su patrón, en la bajada en procesiòn de la imagen desde el templo a su ermita, cercana al centenaria, que sucedió la eucaristía que el párroco ofició en honor del santo.

San José, de esta forma, recupera su sitio en la emita donde descansa después de varios traslados en los últimos meses. Primero lo fue en mayo, durante las fiestas patronales que el municipio celebra en su honor, en la procesión conocida como “La Traída”, donde tras la santa misa se produce el traslado del patrón desde la ermita al interior de la Iglesia Parroquial de la Anunciación, en la compañía de un buen número de abruceneros y de visitantes de localidades cercanas. El trayecto en la noche de ayer fue el contrario y se llevó a cabo con la misma solemnidad y respeto.

Pero a los vecinos y visitante les tocó sufrir un intenso calor. La climatología se mostró implacable y castigó con unos valores cercanos a los 36 grados que no invitaban a salir ni de casa. Con todo, no faltaron quienes desafiaron al mercurio y decidieron reponer fuerzas o simplemente picotear con amigos y familiares en la Feria del Mediodía.

Los vecinos buscaron la sombra, de una forma desesperada, y quienes optaron por aliviar su apetito o calmar la sed con alguna bebida fría lo hicieron en los ambigüs entoldados y con abanico en el caso de las señoras, a falta de aire acondicionado.

 Concluye unos festejos que dejan un rastro de tres días de actividades, de participación y buen ambiente, sobremanera, por las noches, y momentos para el recuerdo en el reencuentro entre quienes viven el municipio y quienes residen en otros puntos del Estado, pero son abruceneros/as naturales y de corazó