Olula del Río vivió ayer uno de los días más grandes de cuantos disfrutan sus vecinos a lo largo del año, con la solemne procesión en honor a San Ildefonso y San Sebastián, conocida por la profusión de roscos que ‘llueven’ desde los balcones para honrar a los patrones del municipio.

Los roscos 'vuelan' desde balcones y ventanas
Nuevamente, una de las fiestas más multitudinarias de la comarca del Almanzora atrajo el interés de miles de personas, que disfrutaron tanto con esta tradición como con el resto de propuestas lúdicas incluidas en el extenso programa festivo de este año.

No es incompatible tocar un instrumento y llevarse un gran rosco a casa.
A las 11:00 en punto arrancaba el cortejo procesional, como es habitual desde la iglesia de San Sebastián y con los sones del himno nacional. El destino final de los pasos de ambas imágenes sagradas fue la iglesia de la Asunción, a la que los tronos llegaron cargados de roscos y roscas que fueron lanzando los vecinos desde los balcones, y especialmente desde el de la Peña San Sebastián y San Ildefonso. Este año se cumple el 451 aniversario desde que San Sebastián fue nombrado patrón de Olula del Río.

A la espera de la 'lluvia' de panes.
La Iglesia de la Asunción acogió la solemne Misa de San Sebastián al término del cortejo procesional, con el templo abarrotado de fieles, ‘cebolleros’ y llegados desde otras localidades.

Numerosas personas participan cada año en la celebración.
Los días grandes con motivo de estos festejos tuvieron otra parada fundamental en la noche del sábado, con las famosas carretillas, que inundaron de olor a pólvora toda la localidad. La raíz levantina de buena parte de la población que llegó a Olula del Río a principios del siglo XVII, fruto de la repoblación impulsada tras la expulsión definitiva de los musulmanes, se encuentra en el origen de esta celebración, en la que también participaron numerosos niños, cumpliendo debidamente con todas las medidas de seguridad necesarias.
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