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Relato en primera persona de un rescate “laborioso” fruto de la colaboración de muchos

  • El médico Óscar Garrido relata cómo fue el rescate de Ana, la enfermera de 60 años que el sábado sufrió una caída mientras practicaba la espeleología en la cueva de la Gitana, en el Parque Natural Sierra de María, se encuentra ya en el Hospital Universitario Torrecárdenas de Almería

Un rescate “laborioso” y “largo” fruto de la colaboración de muchos

Un rescate “laborioso” y “largo” fruto de la colaboración de muchos / (María)

Ana, la enfermera de 60 años que ayer sufrió una caída mientras practicaba la espeleología en la cueva de la Gitana, en el Parque Natural Sierra de María (Almería), se encuentra ya en el Hospital Universitario Torrecárdenas de Almería tras un rescate “laborioso” y “largo” que ha sido posible gracias a la colaboración de muchos.

Así lo ha indicado en declaraciones a EFE el capitán médico en excedencia y médico del Distrito Sanitario Poniente de Almería, así como del Espeleosocorro de Andalucía, Óscar Garrido, que junto a su compañero, el enfermero de Espeleosocorro Francisco Javier Fernández Villén, ha asistido durante horas a la accidentada hasta su extracción de la cueva.

Óscar narra cómo el pasado jueves asistió al ‘Sevilla Recue Great Day’ como observador, así como que el sábado de madrugada llegó al enclave Ramblazo-Motillas, cerca de Ubrique (Cádiz), en el Parque Natural Los Alcornocales, para realizar un escenario de entrenamiento con dos invidentes en el que se simulaba que una mujer se había caído y se empalaba una pierna.

“Cuando habíamos completado el escenario, como no había cobertura, llegó un agente de Medio Ambiente corriendo para decir que había habido un accidente. Todo el Espeleosocorro se había activado. Salimos de allí mi compañero Francisco Javier, un técnico, una psicóloga y yo y nos pusimos en marcha”, apunta.

Todavía sin estar claro cómo podrían llegar a María (Almería), con la posibilidad de contar con un helicóptero, se pusieron en marcha en coche en dirección a Málaga, con tan mala suerte de que el vehículo de Óscar sufrió un pinchazo y tuvo que se recogido por sus compañeros.

Afortunadamente, en su automóvil contaba con todo el equipo médico necesario y tras confirmar que contaban con un helicóptero de la Guardia Civil, “una patrulla de Tráfico nos escoltó hasta la base aérea militar”, dónde llegaron “casi con el depósito al límite y casi al ocaso”, y se subieron en la aeronave el enfermero y él.

A su llegada a la zona conocida como ‘Los Alamicos’ de Sierra María, en la que se ubica la cueva de la Gitana, la Guardia Civil ya había comenzado con las “microvoladuras” pero se dio la orden de que su acompañante y él accediesen a la oquedad.

“Como la herida es enfermera y la amiga con la que iba también lo es, contaban con un botiquín que se completó con el de la médico del pueblo, por lo que ya le habían dado medicación, tenía la vía puesta, mantas térmicas y un saco”, apunta.

La cueva, dice, “es en teoría sencilla, en la que sólo es recomendable usar la cuerda si está húmeda, aunque no es obligatorio”. “Es muy estrecha, no tiene estalactitas ni estalagmitas. Pero por allí había que pasar una camilla arrastrándose. Eso lleva tiempo y es un trabajo fino con explosivos”, apunta Óscar.

Así, sobre las diez de la noche, ya dentro se encontraron con la víctima en un lugar lleno de “rocas, agujeros y sangre”. El temor era que la mujer hubiese podido haber sufrido una fractura en la base del cráneo al golpearse en su caída. Así las cosas, se quedaron únicamente con ella el médico y el enfermero de Espeleosocorro.

“Montamos un punto caliente para atenderla “in situ”, ponerla confortable… Ya estaba en la camilla con un inmovilizador de cabeza, cuello y tronco. Se mantuvo estable todo el tiempo. Nos contamos de todo. La dejaba dormir a ratos porque tenía que dormir y estar fresca para la subida, pero la despertaba de vez en cuando para ver si estaba bien a nivel neurológico”, aclara.

Implicación

Óscar subraya que si pudo ser extraída de la cueva fue gracias a la “implicación de distintas administraciones (…) Arriba, en el puesto de mando y coordinación, podía haber más de 60 personas. Pudimos sacarla con técnicas de contrapeso y distintos materiales”, dice.

Tras esto, el propio Óscar y el enfermero Francisco Javier “medicalizaron” una ambulancia y llevaron a la mujer al Hospital Universitario Torrecárdenas. “Cuando bajé pensé que íbamos a echar la noche, pero las voladuras y el picado las han hecho rápido”, insiste.

“Esto demuestra una vez más que tiene que haber un plan -para coordinar este tipo de rescates-. El Espeleosocorro llega a cualquier parte. Pero era tan estrecho que para sacar a una persona de allí es necesario el trabajo de mucha gente, una labor muy “laboriosa, muy larga”, apunta, recordando que ha promovido una iniciativa en este sentido denominada ‘Andalucía Salud por tierra, mar y aire”.

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