El Ayuntamiento de Terque ha reconocido el apoyo de la Diputación Provincial de Almería en el inicio de sus fiestas del Voto a la Virgen del Rosario que comenzaron anoche con la lectura del pregón por parte de los hermanos Contreras Martínez y un acto de homenaje a uno de los emigrantes ilustres: Julio Escámez Cantón. 

El vicepresidente, Fernando Giménez, fue el encargado de recoger el reconocimiento que hizo el municipio a la labor de la Institucion como ayuntamiento de ayuntamientos prestando servicios y atendiendo la llamada del Ayuntamiento cuando se le ha necesitado.

Giménez, que estuvo acompañado por la diputada provincial Matilde Díaz, felicitó a José Nicolás Ayala por ser “responsable, trabajador, eficaz, que ha antepuesto su pueblo a todo”. “La responsabilidad pública debe ir más allá de los signos políticos. Quiero hacer un voto con todo el municipio de Terque que es que la Diputación va a estar siempre al lado de Terque, la comarca y la provincia. Es nuestra obligación, pero nos hace felices poder dar respuesta a la necesidades de los municipios y seguir mejorando servicios y oportunidades”.

Homenaje a Julio Escámez Cantón, terqueño emigrante a Chile.

Del mismo modo, explicó que “hemos aumentado nuestro apoyo a la gran joya turística que son los Museos de Terque, que trascienden del municipio y son un patrimonio de toda la provincia”. 

En el acto, los hermanos Contreras leyeron un pregón haciendo un recorrido por todos sus recuerdos en el pueblo de sus abuelos y en el que hoy es ya el suyo. Además, el Ayuntamiento despidió al trabajador municipal Luis García, que se jubila tras décadas al servicio de los terqueños “sin entender de horarios”. 

Sin duda, el momento más emotivo fue el acto en el que se homenajeó a Julio Escámez Cantón y su familia. Este terqueño abandonó su pueblo en 1918 emigrando a América, donde dejó un gran legado como la construcción de un Puente en Cañete y donde sus hijos se convirtieron en reconocidos artistas del mundo del teatro y de la pintura. 

Dos de sus nietas han viajado hasta Terque para hacer entrega al pueblo de sus antepasados de un cuadro pintado por Julio Escámez Carrasco, hijo de este terqueño que se convirtió en un reputado artista chileno.