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"¡Que vea el sol!"

  • Miles de personas rinden tributo con gran fervor a San Sebastián en una procesión que se prolongó hasta el alba

  • El olor a lumbre y pólvora volvió a impregnar una noche mágica

"¡Que vea el sol!"

"¡Que vea el sol!"

El municipio de Fiñana amanece hoy orgulloso y cargado de imágenes que difícilmente se olviden en mucho tiempo. Y es que aún están con la resaca de la noche más hermosa del año, donde los fiñaneros, entre ellos medio centenar de retornados desde Terrasa, y los varios cientos de visitantes que cada año congrega estas fiestas, rindieron tributo a San Sebastián en una jornada que culminaba con el momento más esperado: la procesión con la imagen del Patrón, que recorrió el itinerario de costumbre ante el fervor y la devoción de todos los presentes.

Sin duda, fue una jornada, la de ayer, de esas que dejan su impronta en la memoria. San Sebastián regresaba con los albores del día a la parroquia de la Anunciación acompañado por todos los vecinos en una noche que fue muy larga, pero en la que estuvo en todo momento arropado por los suyos. Como siempre, los fiñaneros hicieron gala de su pasión y el amor hacia el patrón, siempre más poderosos que el cansancio o el frío, que suele hacer mella en una gélida noche de enero.

El camino fue de lo más emotivo, desde la salida hasta el encierro, con asistencia de autoridades, la Hermandad del Santo, la Corporación Municipal y, como no, todo marcado por el gran despliegue de cohetes a su paso, ofrecido por los devotos tanto a la entrada de San Antonio Abad en su Ermita, como en la entrada en el Templo de la imagen de San Sebastián. Un espectáculo visual que a todo aquel que lo contempla por primera vez deja prendado, un misticismo difícil de explicar pero que da lugar a comprender la importancia de esta fiesta.

Pero esto no fue lo único que deparó un día tan grande como este. El programa de la jornada comenzaba a las 8:00 horas de la mañana, con las ya tradicionales complas de la Aurora, que cantaron los componentes de la Hermandad del Rosario, por el itinerario de costumbre y con el disparo de cohetes para llamar a todo el mundo a filas: ¡La fiesta comienza! Poco más tarde, tuvo lugar la alegre diana a cargo de la Banda Municipal de Música de Fiñana , que recorrió la villa con disparo de más cohetes. Y ya a mediodía, se desarrolló la solemne función de Iglesia en honor del santo patrón, otro de los eventos centrales del día, con una Misa oficiada por el párroco de la parroquia de Fiñana, Nuestra Señora de la Anunciación, Antonio María García Martínez. Además, a las 14:00 horas, la Hermandad de San Sebastián, tal y como hizo la de San Antón días atrás, ofreció un aperitivo en la Plaza de la Constitución, y que contó con una gran participación tanto de los fiñaneros como visitantes.

En horario vespertino, la principal actividad y la más esperada de la jornada era la procesión en Honor a San Sebastián. Eran las 19:30 horas, cuando San Sebastián ya emprendía su camino, y el sonido de los cohetes a lo largo del recorrido junto a los sones de las marchas procesionales interpretadas por los miembros de la Banda Municipal, marcaban la espectacularidad de un paso cuya belleza es complicada de describir con palabras. "¡Qué vea el sol!", gritaban al santo sus devotos, que en ningún momento desistieron de honrarle, a su lado, hasta que no se encerró en la iglesia.

Con el objetivo de combatir el intenso frío, una vez más el Ayuntamiento del municipio distribuyó a lo largo del camino que anoche recorrió San Sebastián hasta una decena de braseros de metro y medio de diámetro que agradecieron, y mucho, todos los participantes.

Qué duda cabe que la de San Sebastián en Fiñana es una de las celebraciones señaladas en la Comarca de Nacimiento por ser de las más curiosas de cuantas aquí se desarrollan. "La salida y entrada de la imagen de San Sebastián a las calles del pueblo y al interior de la Iglesia, con el bullicio y ganas de estar contento que demuestran los vecinos que allí se congregan, son dos de los momentos más emotivos de estas fiestas", explica el alcalde del municipio, Rafael Montes, quien asegura que lo único que le falta a estas fiestas ya de por sí con tanto empaque y solera, es que "acuda a aún más gente". A buen seguro que así será en las próximas ediciones. Desde luego, la realidad es que cada año son más los visitantes que no quieren perderse una tradición que cada edición enamora a más.

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