El Ayuntamiento de Vera con el patrocinio del Instituto Andaluz de la Juventud, ha organizado a través de la “Asociación Salvemos El Salar de Los Canos y el territorio”, el Malvasía Festival que se celebrará este fin de semana en el humedal del Salar de los Canos de Vera, que convive entre urbanizaciones y se erige como un auténtico pulmón verde del Levante Almeriense.

El objetivo de esta iniciativa es “ acercar el Salar de los Canos a la gente joven y a los habitantes de Vera en general mediante actividades y talleres, para que conozcan los beneficios climáticos que conlleva mantenerlo y cuidarlo, así como la biodiversidad que alberga”, según ha reconocido Ana Lourdes Ramírez., concejala del Área de Juventud en el consistorio veratense.

Según fuentes de la Asociación, “se trata de un festival de carácter ambiental, por el clima y un futuro sostenible que contará con talleres temáticos y música”. La organización ha abierto el plazo de inscripciones para los talleres que puede realizarse a través del correo: ludoteca@vera.

La oferta de actividades incluye talleres tan diversos como de anillamiento científicio una de las herramientas más eficaces para poder estudiar en profundidad a las aves-; de paisaje sonoro; de dibujo botánico; sobre patrimonio agronómico, de jabones y de murciélagos.

La propuesta se completa con una visita guiada por el perímetro del Salar de los caños para interpretar su flora y conocer su fauna más destacada; la composición de un mural de conciencia ecológica; recogida y clasificación de residuos; un concurso fotográfico; una sesión de cuentacuentos kamishibai y música en la naturaleza con Lewa y Aure Ortega.

Los humedales son ecosistemas indispensables por los innumerables beneficios o “servicios ecosistémicos” que brindan a la humanidad, desde suministro de agua dulce, alimentos y materiales de construcción, hasta biodiversidad, control de inundaciones, recarga de aguas subterráneas.

Estos espacios reportan ventajas a la sociedad para la mitigación del cambio climático ya que actúan como almacenes de carbono y otros gases de efecto invernadero, convirtiéndose en importantes “sumideros” de estos gases al absorberlos a través de sus funciones biológicas.