La pandemia sanitaria está acabando con muchas tradiciones en los municipios de la provincia. La imposibilidad de celebrar eventos con gran afluencia de público está llevando a los ayuntamientos a cancelar todos los festejos y fiestas patronales de aquí a final de año.

Es el caso de la localidad de Vícar que ha hecho lo propio con los tres últimos festejos que tenía en el calendario: el Santo Cristo de la Luz que debería haberse celebrado este pasado fin de semana, las fiestas en honor a la Virgen de los Desamparados en Cortijo El Llano y la tradicional Romería de El Cosario que debía celebrarse el primer domingo de octubre.

El alcalde de Vícar, Antonio Bonilla, lamenta esta decisión “que viene impuesta por las actuales recomendaciones sanitarias, pero agradece el comportamiento ejemplar de todos los vecinos desde que se inició la pandemia, animándoles a seguir las directrices higiénicas y de distancia social, impuestas por las autoridades sanitarias para evitar que surjan nuevos brotes de COVID-19 en el municipio”.En este sentido, el primer edil desea “con todos y cada uno ellos, estos complicados momentos” convencido de que “el próximo año, las fiestas regresarán con más fuerza y se volverán a producir los reencuentros y el ambiente que rodea a estos entrañables festejos”.

Unas palabras de ánimo para la barriada de El Cosario, que comparten Vícar y La Mojonera, y que este año esperaba con devoción poder celebrar la romería en honor a la Virgen María. Un festejo que como viene sucediendo desde 1997 permite a los vecinos de la barriada mojonero-vicaria de El Cosario sacar un año más en romería a la Virgen María, cuya celebración estaba prevista para el próximo domingo, 4 de octubre. Se trata de un acto organizado por la Asociación de Mujeres Albahaca de la citada barriada, en colaboración con los ayuntamientos de Vícar y La Mojonera, en el que prima ante todo la convivencia y que a lo largo de todos estos años se ha convertido en una de las celebraciones más populares de esta zona del Poniente almeriense.

Este año, la imagen de la Virgen instalada en un camión adornado con flores y macetas y acompañada por cientos de romeros que realizarían a pie los pocos kilómetros que separan el lugar de acampada de la Capilla tendrá que vivirse desde el más profundo recuerdo. El virus no entiende de devociones.