Salud y Bienestar

Describen las propiedades de muchos tipos de hongos comestibles

  • Una tesis analiza las cualidades antioxidantes y antiinflamatorias de ocho clases de setas y hongos de uso común.

Desde hace un par de décadas, la preocupación de la población mundial por la dieta ha ido aumentando en paralelo a la divulgación de las evidencias científicas que relacionan la dieta y la salud. Este hecho ha desembocado en una vorágine de búsqueda de alimentos que contengan compuestos funcionales con efecto en la prevención o en el tratamiento de enfermedades.

Ahora, el trabajo de investigación, llevado a cabo por el doctorando Carlos Moro Lagares, en el Centro para la Calidad de los Alimentos del INIA en Soria, bajo la dirección de Ana María García Lafuente, ha estudiado el contenido de los compuestos fenólicos en ochos especies de hongos comestibles, tanto silvestres como cultivados, con actividad antioxidante y antiinflamatoria.

Los compuestos fenólicos son compuestos funcionales con efectos en la prevención o en el tratamiento de enfermedades. De hecho, dichos compuestos han sido muy estudiados en frutas y verduras, pero en hongos hay muy pocos trabajos al respecto.

En el trabajo realizado, se ha descrito por primera vez la composición fenólica de algunas especies de hongos que hasta el momento no se habían estudiado, como es el caso del marzuelo o el perrochico.

Todas las especies estudiadas tenían actividad antioxidante, y además, se ha encontrado la presencia de compuestos con actividad antiinflamatoria en algunas de ellas. Así, los extractos de champiñón, rebozuelo, níscalo y trompeta negra fueron capaces de reducir la respuesta inflamatoria en una línea celular de macrófagos estimulados. Dos de estas especies, el rebozuelo y la trompeta negra también redujeron la respuesta inflamatoria en una línea celular de células epiteliales intestinales estimuladas.

En esta tesis se han obtenido extractos ricos en compuestos fenólicos a partir de especies de setas comestibles habituales en la zona: Agaricus bisporus (champiñón), Lactarius deliciosus (níscalo), Cantharellus cibarius (rebozuelo), Pleurorus ostreatus (seta de chopo), Boletus edulis (boleto), Calocybe gambosa (perrochico), Hygrophorus marzuolus (marzuelo) y Craterellus cornucopioides (trompeta negra) y se ha valorado su actividad antioxidante y antiinflamatoria in vitro. La tesis, que ha mostrado el potencial como alimento funcional de los hongos comestibles, fue defendida el pasado 22 de enero en la Facultad de Fisioterapia de Soria.

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