Salud y Bienestar

Eliminar la sed no es suficiente para hidratarse bien tras hacer deporte

  • Conocer el peso del cuerpo antes y después de realizar ejercicio ayuda a saber la cantidad de líquido necesaria

La desaparición de la sed no significa que el organismo del deportista haya alcanzado el equilibrio entre pérdidas y ganancias de líquidos, por lo que puede dejar de beber sin haber completado su hidratación. Expertos repasaron recientemente en Barcelona muchas de estas recomendaciones con motivo de la celebración del Congreso Internacional de Medicina Deportiva.

Según han puesto de manifiesto los autores de la Guía sobre Alimentación, nutrición e hidratación en el Deporte, recuerdan que el deportista libera la mayor parte de la energía de su esfuerzo en forma de calor, y su organismo recurre a la sudoración para evitar que la temperatura corporal aumente. De esta forma se refrigera el cuerpo, pero se provoca una importante pérdida de líquidos. Aunque normalmente la sed es una buena señal para anunciar grados pequeños de deshidratación, cuando se pierde mucho líquido como en la práctica deportiva, su desaparición no significa que el organismo haya alcanzado el estado de equilibrio entre las pérdidas y ganancias, por lo que el deportista puede dejar de beber sin completar su rehidratación. Por ello, la sed no es un indicador fiable de la necesidad de líquidos del organismo.

Para mantener una hidratación correcta, los expertos recomiendan una ingesta de entre 400 y 600 mililitros de agua o bebida deportiva 1 ó 2 horas antes del ejercicio, con el objetivo de poder comenzar con unos niveles óptimos de hidratación. Durante el ejercicio, "los deportistas deben empezar a beber pronto y a intervalos regulares para poder reponer el agua y los electrolitos perdidos por la sudoración", explica la doctora Nieves Palacios, jefa del Servicio de Medicina, Endocrinología y Nutrición del Centro de Medicina del Deporte del Consejo Superior de Deportes y coordinadora de esta Guía. Tras finalizar el ejercicio, la hidratación deberá comenzar lo antes posible para conseguir una buena recuperación del deportista, y dependerá del líquido perdido. "Una manera práctica de determinar la cantidad de líquidos que hay que reponer, es que el deportista se pese antes y después de entrenar, si no ha bebido durante la sesión, la diferencia entre ambos pesos señala el líquido perdido y por tanto, el que debe ingerirse para rehidratarse de forma correcta", añade la doctora Palacios.

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