Salud y Bienestar

La alergia a alimentos condiciona la calidad de vida de los niños

  • Esta patología afecta a entre el 5% y el 8% de la población infantil · Los expertos señalan el aumento de su prevalencia, que ha duplicado el número de consultas al alergólogo en los últimos diez años.

El número de personas con alergia a alimentos ha experimentado un fuerte incremento. Los expertos estiman que este tipo de reacciones alérgicas afectan a entre el 5% y el 8% de los niños y al 3% de la población adulta. En España, en los últimos quince años las consultas referidas a esta reacción alérgica han pasado del 3,6% en 1992 al 7,4% en 2005, según se desprende del último informe elaborado por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic).

Por edades, la alergia a alimentos es el motivo de consulta en el 14% de los menores de 14 años y de aproximadamente el 6% en los pacientes no pediátricos. Además, desde la Seaic afirman que la alergia a alimentos es un factor de riesgo para el desarrollo de otro tipo de enfermedades como la dermatitis atópica, el asma o la rinoconjuntivitis.

Así le ha sucedido a la hija de Nuria Bellido, vicepresidenta de la Asociación Española de Alérgicos a Alimentos y Látex (Aepnaa). Su hija de nueve años ha ido adquiriendo nuevas patologías con el tiempo. "Esto es debido a la predisposición que tienen estas personas. Ahora tiene alergia al polen, a los epitelios de los animales y también dermatitis atópica y rinoconjuntivitis". Todo comenzó cuando la pequeña probó con cinco meses la leche artificial. "Cuando le hicieron las pruebas nos dijeron que era alérgica a numerosos alimentos como la leche, el huevo, los frutos secos e incluso a algunas frutas. No entendíamos como era posible y nos dijeron que los niños se sensibilizan muchas veces a través de los alimentos que come la madre, por lo que retiré de mi dieta todo a lo que ella era alérgica porque le estaba provocando una dermatitis muy fuerte".

Según los expertos la complejidad de la alergia a alimentos no permite que muchos de los pacientes que la sufren, dispongan de diagnóstico y tratamiento correctos. Con el objetivo de mejorar esta carencia se puso en marcha hace cinco años EuroPrevall, el primer estudio multicéntrico sobre alergia a alimentos con casi 100.000 individuos estudiados.

Pero a pesar de ello todavía siguen existiendo casos como el de Marta. Su madre, Ana, cuenta los problemas con su diagnóstico. "Tardamos mucho en llegar a la conclusión de que nuestra hija padecía alergia alimentaria. En principio no le dieron importancia a algunos episodios de gastroenteritis (con dos añitos llegó a perder tres kilos) y de dermatitis. Con los años otro especialista, al revisar el historial, pidió analítica y pruebas en piel que confirmaron el diagnóstico de Marta", una gran cocinera y bailarina, que tiene alergia al huevo, a la leche y a los frutos secos.

Unos alimentos que coinciden casi en su totalidad con los que son apuntados por los expertos como los más frecuentes. Así lo afirma Montserrat Fernández, coordinadora del Comité de Alergia a Alimentos de la Seaic, quien indica que el citado estudio ha confirmado que "en la población menor de dos años los principales alimentos son huevo y leche, mientras que en los escolares y adultos son las frutas, con el melocotón y el melón a la cabeza".

Por último, cabe señalar los problemas sociales que se encuentran estas familias. "En general hay un sentimiento de desamparo ante la sociedad, que tiende a banalizar el tema", explica María Niella, presidenta de Histasan (Asociación Madrileña de Alergias Alimentarias), quien señala que "se encuentra con madres que dejan de trabajar fuera de casa porque no se fían del comedor escolar, niños que nunca han ido a un cumpleaños de un compañero o a un campamento de verano. A veces, por miedo a una reacción grave, nos volvemos demasiado protectores".

Sus dos hijas son alérgicas y una de ellas tiene la clave para hacer comprender al resto de la sociedad la trascendencia y las graves consecuencias que pueden derivar de una transgresión como puede ser tocar o inhalar una pequeña cantidad de la sustancia a la que sé es sensible. "Mis bichitos buenos están confundidos", afirma la pequeña refiriéndose a sus defensas.

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