Investigación

Descubren una terapia que 'duerme' las neuronas responsables de las crisis de epilepsia

Descubren una terapia que 'duerme' las neuronas responsables de las crisis de epilepsia

Descubren una terapia que 'duerme' las neuronas responsables de las crisis de epilepsia

La epilepsia es el segundo trastorno neurológico crónico más común que afecta a todos los grupos de edad después del dolor de cabeza. En el mundo, alrededor de 70 millones de personas padecen esta enfermedad y, en lo que refiere a la población española (46 millones), indican que actualmente entre 180000 y 360000 personas la padecen. La epilepsia es un trastorno del sistema nervioso central en el que se interrumpe la función cerebral normal, lo que provoca convulsiones o episodios y sentimientos anormales, a veces incluso pérdida de conocimiento. Pese a que la mayoría de las personas pueden controlar la epilepsia con medicamentos anticonvulsivos, existen casos en los que el tipo de epilepsia no responde a los tratamientos y necesita de intervención quirúrgica.  
Estos episodios de excesiva actividad celular están provocados por un pequeño número de células que se alteran y mandan señales erróneas desde el cerebro. Unos episodios que aumentan el riesgo de muerte prematura hasta tres veces en comparación con la población general. En este sentido, se estima que el 70% de las personas con epilepsia podrían vivir sin convulsiones si se diagnosticaran y trataran adecuadamente. Y gracias a la investigación, la solución podría estar muy cerca. Así lo ha descubierto un nuevo estudio que comparte los resultados acerca de una terapia génica que se dirige a estas células en específico y 'dormirlas' durante el período en el que se vuelven anómalas. 

80% de reducción de las crisis

Las terapias génicas se pueden definir como una técnica terapéutica mediante la cual se inserta un gen funcional en las células de un paciente para corregir un defecto genético causante de una patología. Asimismo, inhiben o bloquean el funcionamiento de aquellos genes cuya intervención contribuye al  desarrollo de una enfermedad. En este caso, el defecto o funcionamiento irregular de la actividad de dichas células. Es una terapia prometedora y se está usando en numerosas enfermedades como el cáncer, el SIDA o la enfermedad coronaria. 

El único problema es que este tipo de terapia, sobre todo a nivel neurológica, ataca indiscriminadamente a  todas las neuronas de una determinada región del cerebro en lugar de a los circuitos problemáticos específicos. Sin embargo, los investigadores han hallado un mecanismo para focalizarse en las células que causan la actividad anormal. 

Para ello, el equipo liderado por científicos de la University College London (UCL), desarrolló una estrategia de terapia génica que autoselecciona las neuronas patológicamente hiperreactivas y reduce su excitabilidad. Lo mejor es que han logrado solo 'dormirlas' durante el período en el que actúan de manera hiperactivas para luego restablecer su funcionamiento natural. 

Así, en modelo experimental, seleccionaron al gen del canal de potasio Kcna1 y su regulador, el gen Fos.  Según sus responsables, los resultados del estudio muestran que el nuevo tratamiento fue más eficaz que las anteriores terapias génicas o los fármacos anticonvulsivos probados en el mismo modelo, con una reducción de alrededor el 80 % de las crisis espontáneas en los ratones epilépticos.

Sin efectos sobre la cognición

Utilizando un vector de virus adenoasociado, un método ampliamente utilizado de terapia génica, transfirieron un sistema genético basado en Fos y Kcna1 a orgánulos cultivados derivados de células madre de piel humana. Descubrieron que era capaz de reducir la excitabilidad de las células nerviosas durante las convulsiones sin afectar negativamente la cognición. Así, observaron que la terapia génica de Fos reguló positivamente la expresión de Kcna1 solo en neuronas con mayor actividad neuronal e hiperactividad.
Otra de las ventajas es que esta terapia trabaja a demanda dependiendo de la actividad epiléptica, regulándose por sí misma. Eso permite que pueda utilizarse sin tener que decidir ''a priori'' qué células cerebrales atacar, describen los investigadores.

En teoría, defienden sus responsables, esta podría utilizarse también para tratar otras enfermedades, como el párkinson, la esquizofrenia y los trastornos del dolor, en los que algunos circuitos cerebrales están hiperactivos. ''Nuestros resultados indican que la actividad de las células cerebrales puede normalizarse y que este enfoque puede utilizarse para tratar importantes enfermedades neuropsiquiátricas que no siempre responden a la medicación'', aseveran.

El reto ahora es ver si el vector utilizado resulta tan selectivo sobre las neuronas en que opera y si este sistema evita las crisis en el cerebro humano. Asimismo, se debe investigar más si esta esta forma de  tratamiento no produce efectos adversos relevantes y cómo podría dirigirse a diferentes grupos neuronales de forma selectiva.

Pese a esto, muchos expertos en este campo coinciden en el valor clínico del descubrimiento. En declaraciones a Science Media Centre, José María Serratosa, neurólogo del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, en Madrid, dice que "aunque queda trabajo por hacer para su desarrollo preclínico y clínico, es probable que esta forma de tratamiento se instaure en el futuro cercano''. 

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