Aunque sus componentes son bastante conocidos, el paracetamol y el tramadol (o al menos uno de ellos lo es), Zaldiar es una mezcla de dos tipos de principios activos que se caracterizan por ser analgésicos, pero también antipiréticos (en el caso del paracetamol). Pero, ¿qué es lo que debe saberse sobre este medicamento?

¿Qué es y para qué se usa?

Zaldiar es uno de los nombres comerciales que se le da al medicamento que contiene paracetamol y tramadol, dos conocidos analgésicos. Se usa esta combinación para calmar dolores que van de moderados a intensos, siempre y cuando sea considerado por un médico que es la mejor opción para el paciente.

El uso de este medicamento solo está recomendado para adultos y menores que superen los 12 años. 

Desde su prospecto avisan de que no se puede tomar Zaldiar si:

• Se es alérgico a alguno de sus componentes.
• Se toma algún medicamento para el insomnio, algún analgésico potente (como los opioides) o medicamentos psicótropos (medicamentos que pueden alterar el estado de ánimo y las emociones)  en caso de intoxicación alcohólica aguda.
• Se está tomando inhibidores de la MAO (usados para tratar la depresión o la enfermedad de Parkinson) o se han tomado en los 14 días previos del tratamiento.
• Se tiene una epilepsia en proceso de estar controlada.
• Se sufre de una enfermedad hepática grave.

Advertencias antes de tomar Zaldiar

Como ocurre con todos los medicamentos es importante que se tengan en cuenta una serie de cosas antes de su consumo y que harían bien en consultarse con un experto (en este caso su médico):

• La posibilidad de tomar o no otros medicamentos que contengan paracetamol o tramadol u otros analgésicos.
• Si tiene problemas de riñón o hígado.
• Si se tienen problemas respiratorios graves como el asma.
• Si se toman antidepresivos.

Si va a ser anestesiado es importante avisar de que se está siguiendo un tratamiento con Zaldiar.

Posibles efectos adversos

Zaldiar puede provocar algunos efectos adversos en los pacientes, entre los más frecuentes se encuentran:

• Náuseas.
• Mareos y somnolencia.
• Vómitos.
• Problemas digestivos y dolor de estómago.
• Sequedad en la boca.
• Picores.
• Aumento de la sudoración.
• Dolor de cabeza y agitación o estado de confusión.
• Trastornos del sueño.
• Cambios de humor (euforia o ansiedad, entre otros).

También pueden darse casos de efectos adversos menos frecuentes, entre los que se encuentran:

• Aumento del pulso o de la presión arterial, así como trastornos del ritmo y de la frecuencia cardiaca.
• Sensación de hormigueo, entumecimiento o pinchazos en brazos y piernas.
• Ruidos en el oído.
• Espasmos musculares involuntarios.
• Depresión, pesadillas y alucinaciones (sonoras o visuales).
• Pérdida de memoria.
• Dificultad para respirar o tragar. Sangre en las heces.
• Reacciones cutáneas.
• Dolor al orinar.
• Dolor en el pecho, escalofríos y sofocos.

El resto de efectos adversos que pueden llegar a sufrirse durante el tratamiento se pueden consultar en el siguiente enlace.