Nutrición y Bienestar

La temperatura del agua durante la ducha que no te permite dormir en verano

La temperatura del agua durante la ducha que no te permite dormir en verano

La temperatura del agua durante la ducha que no te permite dormir en verano

Lo último que necesitamos en verano es sumar factores que contribuyan a complicar nuestro sueño. Si el calor, la sequedad o la humedad o, en el reverso, el aire acondicionado, no fueran suficientes intrusos entre las que deberían ser nuestras horas felices, ahora también se suma uno que quizá desconocías: la temperatura del agua de la ducha. Y es que lo que parece un hecho insignificante, afecta a un factor importante como es el ambiente térmico -provocado por la temperatura corporal, ambiental y la ropa-. Cuando llega la hora de dormir, nuestra temperatura corporal desciende, por lo que la última ducha del día afecta de manera diferente a nuestra temperatura corporal. Y la respuesta a cuál es la ideal, te sorprenderá. 

Debemos apuntar que la solución no es la que quieres escuchar. Y es que ducharse con agua fría en verano no ayuda a la hora de conciliar el sueño. Suena raro y difícil de creer pero un estudio de la Universidad de Texas ha afirmado tras comprobarlo que ducharse una o dos horas antes de acostarse con la temperatura del agua entre 40 y 42 grados mejora significativamente el sueño.

¿Cuándo debemos ducharnos?

Por debajo de esta temperatura, cuanto más fría esté, estarás empeorando la calidad de tu sueño. Pero, además, este estudio ha desvelado otros hechos curiosos. Tras revisar los estudios, los investigadores han confirmado que ducharte 90 minutos antes de acostarse es el momento idóneo para regular la temperatura y dormirte antes, y que darte la ducha una temperatura superior a 40º aumenta la posibilidad de que te duermas rápido y de que, además, mejores tu calidad de sueño. 
Una vez la temperatura corporal desciende por la noche, las células termosensibles envían rápidamente un mensaje conciliador al núcleo supraquiasmático (que se añade al mensaje de que está oscureciendo), animándolo a que inicie la oleada vespertina de melatonina y, con ella, la orden de dormir", escribe uno de los investigadores. Durante la mayoría del año, lo mejor es darse un baño de agua caliente porque provoca que la sangre se concentre en la superficie de la piel y hace que los vasos sanguíneos expulsen nuestro calor interno al exterior.  Sin embargo, esto en verano no parece lo lógico, teniendo en cuenta las extremas temperaturas.  Pero, ¿Cuál es la explicación?
La respuesta es que cuando exponemos a nuestro cuerpo al agua fría nuestro cuerpo recibe la señal y pone en marcha mecanismos para aumentar la temperatura central del cuerpo. De esta manera, sentiremos más calor poco después y nos costará más quedarnos dormidos.
Asimismo, después de tomar una ducha caliente la temperatura de la piel tiende a estar por encima de la temperatura ambiente y, por eso, cuando entramos en una habitación que está más fresca tiende a descender, ayudándonos a dormir mejor.

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