Bajo Palio

Apuntes sobre la penitencia de los cofrades veratenses

  • El municipio ya está preparado para sacar sus imágenes titulares por las calles bajo el amparo de cientos de vecinos y visitantes

Pongamos que usted no tiene guasáp ni en su teléfono lleva la aplicación esa que le dice por dónde va el Paso. Pongamos incluso, que ya es poner, que ni tan siquiera tiene teléfono móvil. Y ya puestos, pongamos que a usted lo que le gusta es pasear de un lado a otro, mirar las caras de las gentes, escuchar deslizarse las alpargatas de los costaleros, escoger el sitio exacto dónde la sombra de la Virgen o de la Cruz se alarga, dónde la farola ilumina los ojos del penitente. Si así fuera, tal vez no le vengan de más unas pequeñas notas acerca de Vera en Semana Santa.

El Domingo de Ramos, a las 18:30 horas, entrega de palmas y procesión de la Borriquita por las calles de Vera. Un día después, el lunes Santo por la tarde, a eso de las 20:00 horas, el traslado desde la iglesia parroquial de la Encarnación hasta la sede de la Hermandad de San Juan Evangelista y Cristo de la Misericordia (en la calle de la Plata). Previamente, una misa y un besapies y besamanos, tanto al Cristo de la Misericordia como a la Virgen de Gracia y Esperanza. Este día es muy especial en Vera: cualquier persona tiene a su alcance portar alguna de las tres imágenes que se trasladan: Cristo de la Misericordia, Oración en el Huerto y Virgen de Gracia y Esperanza. Es muy participativa y emotiva puesto que costaleros y costaleras que no pueden salir en la procesión del jueves Santo, tienen la posibilidad de llevar el trono, lo mismo que si cualquier persona desea hacerlo.

El martes Santo, la Procesión de la Virgen de los Perdones y Jesús de la Esperanza; se trata de una Hermandad infantil y juvenil; son niños y jóvenes de todas las edades quienes llevan los tronos; es muy bonita y emotiva. La peculiaridad es ver a tanto niño en la calle e implicado en la procesión y en tronos. El Vía Crucis del miércoles Santo, de recorrido corto, guarda la esencia de las velas en manos de los fieles portando el Cristo del Grupo de San Cleofás. La Real y Venerable Hermandad de San Juan Evangelista y Cristo de la Misericordia procesiona el jueves Santo las imágenes del Cristo de la Misericordia, Oración en el Huerto y Virgen de Gracia y Esperanza, esta última portada por mujeres. Cada Paso lleva el acompañamiento de sus penitentes, mantillas, y Bandas de Música venidas de otros lugares. Al decir de los expertos, es una procesión muy sobria y elegante.

En la mañana del viernes Santo, muy temprano, subida de Jesús desde la Ermita de San Ramón a la plaza Mayor para encontrarse con la Virgen. La Real Archicofradía de Jesús de Nazaret, desfila con el único acompañamiento de hombres todos vestidos de traje entre los que caminan generaciones familiares de abuelos, padres y nietos. Al parecer esta procesión es única en España. Tras la subida, más o menos a las 09:30, el Pregón del Judío. Después, alrededor de las 12:00 horas, sale la procesión de la Piedad y Jesús de Nazaret de la plaza Mayor; y ya una procesión más en la que va la Piedad, el lavatorio (lo portan también mujeres) y Jesús de Nazaret, mantillas y penitentes.

Por la tarde, se celebran los Santos Oficios (Muerte del Señor) en la iglesia y por la noche, sale en procesión la Venerable Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias (Santo Entierro). La Virgen de las Angustias es la patrona de Vera. Las numerosas mantillas y penitentes caminan a la luz de las velas, el pueblo casi apaga las luces; es una procesión señorial y con mucha devoción a la Virgen de las Angustias. El sonido de los violines pone un punto emotivo, aún más si cabe, al desfile. Procesionan también el Santo Sepulcro y el Cristo de la Columna.

Seguramente con lo anterior no le bastará para disfrutar plenamente de la Semana Santa de Vera, tal vez incluso se haya podido escapar algún error, pero si precisa más información pregunte, pregunte al primer paisano que encuentre, seguro que pegará la hebra y le hará saber lo que no está en la pantalla: la emoción, el sentimiento, la pasión de los desfiles procesionales, ese detalle que sólo advierte quien pone los ojos donde pasan las cosas.

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