Semana Santa

Cantaoras y cantaores (IV)

  • En 1998 la Agrupación de HH. y Cofradías convocó en el Teatro Apolo a aficionados y fieles a la 1ª Exaltación de la Saeta en Almería, a imagen de la realizada en la catedral hispalense

Saetas: Rafael Téllez y el Veneno.

Saetas: Rafael Téllez y el Veneno.

El relevo al vacío imperante en cuanto a concursos sería retomado por la peña El Morato. En su estreno de 1982 -auspiciado por la cofradía del Santo Entierro-, las menciones honoríficas recayeron en José Sorroche, Joaquín Garrido, Enrique Gallurt “Chiquito de Oria” y Niño de las Cuevas. En su larga trayectoria, nombres como Alfredo Arrebola, Alfonso Salmerón, Constantino Díaz Benete, Antonia López, Rocío Segura, Luis el de la Venta, Antonio Martín, Pepe Barranquete, Rafael López, Antonio de Trinidad, Joaquín Garrido, Conchita Padilla, Juan el del Brindis, Cristóbal Muñoz, Montserrat y Mª José Pérez o Anamar de Quero han jalonado una larga lista de intervinientes. En el presente año 2022 alcanza su XXXVII edición, reemplazado ya el Concurso por una Muestra sin carácter competitivo. Los puntos de cantes se establecen como antaño: en plazas o calles recoletas del casco histórico; donde alcanzan el cenit de intimismo y solemnidad que requiere la oración dedicada a vírgenes, nazarenos, crucificados y “misterios”. O bien a la salida y entrada de los templos donde las cofradías residen canónicamente.

Varios municipios de la provincia han incorporado la práctica saetera, bien con contrataciones directas o en la modalidad de concurso: Adra, Vélez Rubio, Sorbas, Tabernas, Huércal Overa, Vera, Íllar, etc. La convocatoria (de vida efímera) en Gádor (1986) proclamó triunfadora a Antonia López y a la niña Mónica Ceba en el apartado infantil. En Roquetas (1998), Lole Contreras inscribió su nombre en el palmarés del Iº Concurso Villa de Roquetas de Mar, organizado por la peña El Palangre y la cofradía de Ntra. Sra. de los Dolores. Luis el de la Venta y Julio Contreras le siguieron en orden de méritos.

Cantaor. Cantaor.

Cantaor.

El 21 de marzo de 1998 una a nuestro juicio atinada iniciativa fue acometida por la Agrupación de Hermandades y Cofradías. Esa noche abrió sus puertas el teatro Apolo para cobijar a la Iª Exaltación de la Saeta celebrada en Almería. Acto que tuve la satisfacción y responsabilidad de organizar, presentar y enaltecer. El público que cubría el aforo tuvo la oportunidad de gozar con las bien timbradas voces de Anabel Navarro, Cristóbal Muñoz, José Sorroche y Antonio F. Rodríguez “Niño de las Cuevas”; secundados por la Agrupación Musical “San Indalecio”, de La Cañada de San Urbano. Aquella Exaltación, nacida con vocación de continuidad e inspirada en la que se celebra en la catedral de Sevilla, se mantiene vigente. Ahora bajo el patrocinio del Ayuntamiento y no de la Agrupación de HH. y CC. A tal manifestación cantaora semansantera se ha sumado hace una década la AA.VV. Casco Histórico, con invitados al paso de las cofradías que discurren por La Almedina.

Artistas en el arte saeteril

Eres más bonita Virgenque la nieve en el barrancoque la rosa en el rosal, que el lirio blanco en el campo¡Virgen de la Soledad!

Independiente de los citados en el epígrafe anterior, es obligado añadir un abigarrado elenco de hombres y mujeres, pioneros en el Arte que motiva este trabajo como ponencia incluida en la IIIª Jornadas de Religiosidad Popular (abril, 2001) organizadas por el Instituto de Estudios Almerienses. Por orden cronológico y en relación no exhaustiva:

Francisco Jiménez “Ciego de la Playa”: cantaor, guitarrista y trovero. Autor de las saetas que interpretaba y proveedor de letras a sus menesterosos compañeros. El costumbrista Martín del Rey lo localiza a la puerta de Los Perdones catedralicia, alternando con Enriqueta la Salve (vecina de la calle Elvira) la tarde/noche del viernes Santo. Sería en las procesiones del Entierro y Soledad, ya que el Ciego falleció en 1925. Contemporáneo a ellos fue Enrique el Puro, personaje peculiar, asistente del general Primo de Rivera, buen conocedor de los cantes autóctonos e informante de estos a Pepe Marchena.

El Ayuntamiento organizó en primavera de 1949 el I Concurso Oficial de Saetas

En los pasados años treinta y cuarenta, la cañaera Nieves Martínez Telares -hija, hermana y tía de buenos aficionados- causaba admiración cuando engalanada con su mantilla española se dirigía a cristos y vírgenes desde balcones del Paseo. Antonio el Mediaolla, encargado de un bar en la plaza Romero y camarero de la Granja Balear; y su colega Pepe el Pintao, empleado en otra tasca de la Circunvalación del Mercado. O el célebre Juan Montoya “Cataollas”, experto restaurador de utensilios domésticos de loza en su cuchitril de plaza San Sebastián.

Asiduos de la Semana de Pasión fueron asimismo los participantes en el programa radiofónico “Fiesta sin Hilos”. Celebrado en el teatro Apolo y Cervantes, y sostenido por la Obra Sindical de Educación y Descanso, liderada por el “camarada” Luis López Lupiáñez, asesorado por el maestro Rafael Barco y el guitarrista José Richoly: Alfonso Navas, Saetos I y II, Mariano Viudez y Niño de la Alhóndiga. Ricardo López Aguilar, brigada armero destinado en el Regimiento Nápoles nº 24; sevillano de nacimiento, almeriense de adopción, pariente de Manolo Caracol y del Maestro Quiroga, es uno más de los acrisolados flamencos que se prodigaron desde un balcón y veladores del café Español, en el Paseo. A Rafael Téllez y Rafael Castro se les recuerda igualmente por sus buenas maneras y participación (este último) en el documental cinematográfico turístico/propagandístico “Tierra de Fuego”, junto a Juan Luis de la Rosa y el citado Richoly.

Las peñas El Taranto y El Morato, en la capital, prestaron y les prestan la debida atención

Resumo los más sobresalientes de la provincia que frecuentaron la capital: Andrés Ruíz “El Garruchero”, el bacareño José el Chirrín, Rafael Reche, de Terque, y Antonio Sánchez Guerrero “Niño de Canjáyar”, que “por propia iniciativa (1951) se desplazó a nuestra ciudad en cumplimiento de una promesa; dedicando a las veneradas Imágenes una poesía y saetas plenas de sentimiento y muy emotivas”.

Cantaora. Cantaora.

Cantaora.

Más cercano en el tiempo y vecino del barrio de Pescadería, un hombre santo y seña de las últimas décadas: José Gómez Belmonte. Intuitivo, poderoso, trágico en su expresión canora. Pepe el Gordo se nos marchó tristemente antes de tiempo, al igual que su hermano Juan.

En la actualidad el abanico se amplía considerablemente. Aglutinados alrededor de la Muestra del Morato o contratados en localidades de la provincia y fuera de ella. Sus nombres son suficientemente conocidos por los aficionados, razón por la que omitimos el nutrido listado de mujeres y hombres. Jóvenes y mayores que, propiciados por la fuerza centrífuga que ha desplazado parte del protagonismo a los barrios, acuden a las puertas de los templos en las salidas procesionales de Los Molinos, Zapillo, Piedras Redondas, Araceli, Los Ángeles, Oliveros, Regiones, Plaza de Toros, Ciudad Jardín o san Roque, donde ofrendan lo mejor de sí mismos en las plácidas noches de la pasionista semana almeriense. Artífices de la jubilosa explosión de religiosidad popular inequívocamente andaluza que sobrecoge el ánimo de miles de nativos y visitantes desde las vísperas del domingo de Ramos al viernes Santo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios