SEMANA SANTA DE ALMERÍA

En busca de tiempos mejores

  • La gestora de la hermandad decidió hace un mes no hacer estación de penitencia en el centro de la capital

  • Un corto cortejo recorrió el barrio con sus titulares durante 4 horas

Saeta en la Coronación del Martes Santo en Almería / JOSEVI PUERTAS

El barrio de Los Molinos vio este Martes Santo procesionar la Coronación El barrio de Los Molinos vio este Martes Santo procesionar la Coronación

El barrio de Los Molinos vio este Martes Santo procesionar la Coronación

Afirmar que dar un paso atrás para avanzar dos hacia adelante es, a veces, aventurarse y alejarse de la realidad. En el caso de la hermandad de Coronación, este año es el segundo paso hacía atrás y todos esperamos que el siguiente sea adelante y con fuerza.

Amanecía un Martes Santo con sabor agridulce. La dulzura del espléndido tiempo que llevamos en las cuatro jornadas cumplidas hasta ahora. Amargo por la ausencia de la hermandad molinera en la Carrera Oficial de la Semana Santa de Almería. Hace aproximadamente un mes se anunció la renuncia de llegar hasta el centro por motivos humanos, es decir, por falta de personal en las cuadrillas de la hermandad. Con esta situación y con la ilusión de recorrer las calles de su barrio, la hermandad de Coronación salía a la calle.

A las puertas de la Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena el público volvía a ser fiel a su cita con la hermandad. Mucha era la gente que aguardaba esperando la salida de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, teniendo en cuenta que eran las 5 de la tarde y día laborable.

El Cristo Coronado de espinas, al que le precedía un tramo de 25 nazarenos, estrenaba la parihuela, unos faldones, una nueva clámide y el dorado de algunas cartelas. La cuadrilla, integrada únicamente por mujeres, deleitaban a los presente con cambios a los sones de la Agrupación Musical María Santísima de la Cabeza de la localidad granadina de Exfiliana.

Detrás de Él, el irreconocible palio de María Santísima de Gracia y Amparo. Estrenaba el sobretecho de palio con el escudo y perdía la crestería típica que ha lucido en otras ocasiones. Este año, por segundo consecutivo, San Juan volvía a acompañar a la Señora, que recibía una ‘petalá’ en la calle Malvarrosa, regalo de los vecinos.

La numerosa guardería de la hermandad ocupaba en esta ocasión el primer tramo de nazarenos del palio, completando el cortejo casi una veintena de penitentes más y las típicas mantillas.

Avanzaban los hombres de Carlos Galisteo Giménez, capataz general y presidente de la gestora, para adentrarse en El Diezmo, donde la afluencia de público iba disminuyendo entre las calles anchas y largas de este barrio.

Con paciencia y trabajo, el cortejo volvía a cruzar la Carretera de Níjar camino de su parroquia. Allí volvía a esperar su gente, el acertado horario elegido para la salida, permitía acompañar a la hermandad y llegar al centro a ver Amor y Perdón.

La estación de penitencia llegaba a su fin. Los últimos sones de la banda de Huécija-Alicún detrás del palio, eran un alivio para algunos, una pena para otros. Ahora solo toca esperar un año más, trabajar y rezar para que la situación de la hermandad mejore. Que el 2020 Los Molinos vuelva a ser Coronación.

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