Bajo Palio

Silencio y recogimiento al paso del Cristo del Perdón por Vélez-Rubio

Miércoles Santo en Vélez-Rubio Miércoles Santo en Vélez-Rubio

Miércoles Santo en Vélez-Rubio / Lázaro Martínez (Vélez-Rubio)

Los pronósticos de lluvia que anunciaban, en un principio, tormenta para el Miércoles Santo en el oeste peninsular se quedaron en un cielo nublado que permitió que la Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón y de los Afligidos pudiera hacer su estación de penitencia por las calles del Vélez-Rubio.

Así, como cada año, “los porcelanos” son los encargados de abrir los días grandes de la semana mayor velezana. Desde la casa de hermandad, pasados unos minutos de las nueve de la noche, el cortejo procesional, formado por las bandas grande y pequeña de la cofradía, niños, anderos, nazarenos, mujeres de mantillas y la Agrupación Musical Maestro Rojas, se han dirigido hacia el templo parroquial para seguidamente recorrer en silencio y con devoción las calles de Vélez-Rubio.

En esta noche nublada que impide ver las estrellas, el silencio es roto por el tañido de campana del paso del Cristo Crucificado, anunciando el capataz que es el momento de salir. Las primeras maniobras son complicadas ya que las dimensiones del trono dificultan la salida del templo parroquial. Pero como cada año, es puntual a su cita. La cruz de guía abre el camino del cortejo a los nazarenos que bajo el antifaz granate rezan con devoción al Cristo de Galarza. El primer tramo es para los más pequeños de la familia porcelana, seguidos del tramo de nazarenos que da paso al Cristo del Perdón. Sesenta anderos portan sobre sus hombros al crucificado, paso lento, majestuoso que lentamente se va perdiendo desde la plaza de la Encarnación hacia la estrecha calle Silvestre Reche.

La cofradía ya está en la calle y son muchos los que apostados en las vallas que delimitan el recorrido llenan la Plaza de la Encarnación. Tras el trono del Perdón es el momento de las mujeres vestidas de negro, teja, mantilla y un cirio en sus manos siguen los pasos de Jesús, acompañando al Maestro en sus últimos instantes de vida. El color de los nazarenos ha cambiado, el rojo y gris ha dado paso al amarillo y verde esperanza porque es el momento que la Virgen de la Esperanza la que cruce el umbral de la majestuosa Iglesia de la Encarnación en el 250 aniversario de su consagración, acompañada por la agrupación musical Maestro Rojas. Ha pasado más de una hora en salir todo el cortejo.

Las calles de Vélez-Rubio se han llenado del recogimiento y la devoción que el Cristo del Perdón inspira a los cientos de vecinos y foráneos que han llenado las calles de la villa marquesal durante más de cinco horas.

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