Semana Santa

Macarena desafía a las nubes

Salida de la Sentencia.

Al poco de salir la comitiva penitencial, los nazarenos tuvieron que darse la vuelta. Las nubes apuntaban a que podía caer agua y así fue finalmente. Para tristeza de muchos, el agua descargó sobre la ciudad de Almería y la Macarena tuvo que volver al templo de San Ildefonso para resguardarse de la lluvia, para evitar males mayores.

El agua caía fuerte, todos los enseres de la hermandad se pusieron a salvo para evitar posibles desperfectos. La Junta de Gobierno tenía que tomar una decisión y ésta fue retrasar la salida a las diez de la noche. A esa hora, había parado de llover. Había predicciones que apuntaban que podía caer más agua, pero la Macarena desafió al tiempo y volvió a las calles de Almería.

Los vecinos de la Plaza de Toros, que ya habían ayudado en la vuelta al templo de los cofrades y que se habían resguardado en sus casas cuando más agua arreciaba, volvieron a la puerta de San Ildefonso para ver la nueve salida. Y ésta llegó. Todo el cortejo estaba preparado, la Sentencia y la Macarena volvieron a las calles de Almería entre los aplausos de cientos de almerienses que trataron de dar su apoyo a la hermandad.

Las penas de la tarde se convirtieron en alegría cuando la Sentencia y la Macarena dejaban atrás San Ildefonso y se sumergían en el barrio. Se hizo el milagro, la lluvia desapareció justo a tiempo y pudo realizarse la estación de penitencia con toda la prudencia del mundo, puesto que nadie quería arriesgarse a que el agua dañara lo más mínimo ni los pasos ni las insignias de la hermandad. La noticia de que Estudiantes suspendía su salida cogió a la hermandad justo en el momento de su salida, pero ellos tenían clara su decisión de, por lo menos, intentarlo.

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