Lunes Santo

Desde Oliveros hasta el centro amparados por el Señor de Salud y Pasión

  • Derroche de elegancia y majestuosidad de la Hermandad de Pasión durante todo su recorrido

  • El cristo tallado por Luis Álvarez Duarte estrenó una nueva cruz arbórea en madera de cedro con detalles en pan de oro

La Virgen de los Desamparados, en busca de la rambla.

A las puertas de celebrar su 25º Aniversario Fundacional, la Hermandad de Pasión volvió a derrochar elegancia, arte y buen hacer durante su Estación de Penitencia de ayer. Especial fue su paso por Catedral y el Santuario de la Patrona, siendo la única corporación de la jornada que pasó por las calles del centro de la ciudad. 

Fue a las seis y media de la tarde cuando se abrieron las puertas de Santa Teresa para que los cofrades de la hermandad comenzasen su desfile amparados con Salud y con Pasión. Más de 250 nazarenos revestidos con túnica y antifaz morados y cíngulo dorado acompañaron a los dos titulares de la corporación. El numeroso tramo infantil lo compusieron más de 60 niños y niñas que portaron pequeñas varas con el escudo de la hermandad. Estos infantes precedieron al Banderín del Grupo Joven, la primera de las insignias que formó el largo cortejo de Pasión. 

El Señor de Salud y Pasión, saliendo de Santa Teresa. El Señor de Salud y Pasión, saliendo de Santa Teresa.

El Señor de Salud y Pasión, saliendo de Santa Teresa. / Rafa González

A la voz de uno de los veteranos de nuestra Semana Santa, Juan Sagredo, realizó el Señor de Pasión su primera levantá. La talla cumple el próximo año sus bodas de plata, como la cofradía, desde que el sevillano Luis Álvarez Duarte lo esculpiese en 1995. Auxiliado por Juan A. Pérez García, el bello nazareno se postró sobre el dintel del templo de Oliveros para salir al encuentro de sus vecinos. Sobre un monte de iris morados y a los sones de la marcha ‘Señor de Sevilla’, después de la Marcha Real, el Señor de Pasión comenzó su itinerario. Portado por una cuadrilla de 35 costaleros, el titular cristífero reviró hacia la calle Rafael Alberti tras salvar la empinada rampa del templo. A los sones de ‘Macarena’ y ‘La Valiente’, interpretadas por la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora de la Asunción de Jódar, el Señor de Oliveros inundó de Salud las primeras calles de su barrio. El Señor de Pasión estrenó una nueva cruz arbórea en madera de cedro con detalles de pan de oro realizada en Carpintería Lorente de Jaén y de talla completa, no como la anterior. Un total de 15 promesas realizaron el recorrido procesional tras el titular portando cruces negras de madera.

Desde el interior de Santa Teresa siguió saliendo el amplio cortejo de nazarenos morados de la cofradía. La cruz parroquial abrió el tramo de palio que contuvo las insignias bandera de tramo, el libro de reglas y el guion corporativo, todo ello cuidado con especial mimo y cuidado de una de las hermandades que mejor cortejo pone en la calle, lo cual quedó demostrado nuevamente en la tardenoche de ayer.

Más de 40 mantillas, algunas de estas de la Hermandad del Santo Sepulcro, precedieron al paso de palio de María Santísima de los Desamparados. También acompañó a la cofradía, durante todo su recorrido, el concejal Carlos Sánchez. También acompañó a la hermandad, en la presidencia, el canónigo Ramón Garrido, quien procesionó junto al Director Espiritual, Francisco Salazar. De igual modo también hubo representación de la Guardia Civil en el cortejo.

Manuel Vicente Barranco y su hijo Javier Barranco dirigieron una cuadrilla de 30 costaleros que meció a la Señora de Oliveros a los sones de ‘Amarguras’ tras interpretar la Banda de Música de Santa Cecilia de Sorbas el Himno. La titular mariana, tallada también por Luis Álvarez Duarte en el año 2000, lució sobre su bello paso de palio y con un exorno basado en rosas, claveles, cymbidium, netisco, limonium y kochia de tonalidades claras. La Virgen lució un pañuelo de punto duquesa tipo inglés, puños de encaje y la insignia de la Guardia Civil, como principales novedades respecto al pasado año.

Con mucho mimo bajó el paso de palio la rampa de Oliveros y reviró hacia Rafael Alberti para encargar Canónigo Molina Alonso mientras la formación de Sorbas interpretó ‘Madrugá Macarena’.

La corporación hizo su entrada en Carrera Oficial por la calle General Tamayo tras subir la Rambla Federico García Lorca y tirar por Marqués de Comillas en busca de la arteria principal de la capital almeriense. Cuando el reloj marcó las siete y media de la tarde, los hermanos de Pasión colocaron a su Cruz de Guía en el Paseo de Almería.

El Señor de Pasión fue el primero de los tres pasos que procesionaron ayer por la ciudad, tras dejar Macarena esta jornada del Lunes Santo el pasado año, en discurrir por la citada Carrera Oficial. ‘Amor de Madre’, ‘El recuerdo de un Padre’ y ‘Madre del Cielo’ fueron las tres primeras marchas interpretada por Asunción de Jódar en este tramo. Hay que mencionar el gran nivel de la formación jienense pese a la escasez en el número de componentes con respecto a otros años.

Poco después hizo su entrada en Carrera Oficial la Madre de los Desamparados mientras Santa Cecilia de Sorbas tocó 'La Estrella Sublime’, ‘Pasan los Campanilleros’ y ‘Reina de los Desamparados’, esta última marcha propia dedicada por esta formación a dicha titular.

Desde la arteria principal de la ciudad, la hermandad prosiguió su itinerario por Ricardos, San Pedro, Floridablanca y calle Real, calles del centro almeriense en las que la cofradía derrochó elegancia y majestuosidad, con la seriedad que la caracteriza y el buen hacer de ambas cuadrillas. En Jovellanos, a la altura del Bar Casa Puga, sonó la saeta de la voz de Ana Mar, al Cristo, y de Montse Pérez, que le cantó a la Virgen de los Desamparados.

A las nueve y cuarto de la noche, la cofradía llegó a la Plaza de la Catedral no sin antes visitar la Casa Sacerdotal Juan de Ávila, hermanos honoríficos de la corporación. El Señor de Pasión, con su recortado andar que lo caracteriza, fue el primer paso en postrarse a las puertas del primer templo de la Diócesis. Poco después, y tras una breve alocución del Canónigo y Director Espiritual de la hermandad Francisco Salazar, lo hizo el paso de palio, el cual entró en dicha plaza con la marcha ‘La Virgen de Sevilla’. De igual modo, el párroco de Santa Teresa hizo una breve alocución antes de que la hermandad continuase su recorrido por la siempre bonita y estrecha calle Cubo. Desde allí, la cofradía emprendió el recorrido de vuelta por Bendicho, Murillo y Masnou hasta llegar a la calle Real. La hermandad, como ocurriese el año pasado, lució más que nunca a su vuelta ya que ninguna otra corporación entorpeció su itinerario.

El Señor de Pasión regresó nuevamente a su barrio de Oliveros, el cual lo arropó durante sus más de cinco horas de recorrido, a los sones de ‘Macarena’. En la entrada, la formación de Jódar interpretó ‘Consuelo’ y ‘Madre’ antes de la Marcha Real con la que el titular se despidió de sus devotos hasta el próximo año. Instantes después, con las marchas ‘Siempre la Esperanza’ y ‘Reina de los Desamparados’ llegó la titular mariana. ‘Rocío’ fue la última marcha que sonó en la noche del Lunes Santo ante del Himno con la que la cofradía despidió un nuevo Lunes Santo mientras el paso de palio hacía lo propio hasta el 2020, año especial, como decíamos, para esta corporación .

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