Semana Santa

Procesiones y Viacrucis en la Almería antigua (II)

  • En marzo de 1934, el historiador Santisteban Delgado publicó en LCM <Las Procesiones en Almería durante el siglo XVIII>, basado en unas notas pertenecientes a los Pérez de Perceval

San Pedro el Viejo.

San Pedro el Viejo.

Avanzamos en el tiempo. El historiador, profesor de Humanidades y cronista oficial de la Ciudad, Joaquín Santisteban Delgado (Cartagena, 1870-Almería, 1950), publicó Las Procesiones en Almería durante el siglo XVIII (La Crónica Meridional, marzo, 1934), a la vista de unas notas halladas entre las hojas fundacionales de una capilla perteneciente a la familia Pérez de Perceval. No indica el destino final de las mismas y desconoce igualmente su autoría; el artículo, a mayor inri, ha sido en burdamente plagiado en ocasiones sin citar la preceptiva fuente. Respeto la redacción original, no sin alertar sobre la extrañeza de determinados pasajes:

... En el Miércoles Santo es la primera procesión; se va a palacio episcopal, donde vive el Canónigo Provisor, que es quien preside este día. Concurren el Notario mayor, segundo Alguacil mayor y Teniente, el Fiscal y todos los Procuradores. Salen de allí y pasan a la Santísima Trinidad, de donde se forma la procesión. (...) Va la procesión a la Catedral, a la Concepción, Santa Clara y a la Trinidad; allí espera en la calle inmediata a la Portería el Maestro de dicho Convento con algunos Frailes, y se despide el Provisor y concurrentes y se van a casa de dicho Prior y toman el acostumbrado refresco.

Jueves Santo.- En la mañana y hora de las ocho se concurre en casa del Canónigo Gobernador el número de Escribanos, Procuradores, Alguaciles mayores, su Teniente fiscal de las Reales Justicias, y en comunidad se pasa al Convento de Santo Domingo a los oficios y misa. Llegado el caso el palio lo llevan los cuatro Procuradores y dos Escribanos. Se concluye, toma la llave el Cabildo y Gobernador se van a acompañar a su casa y allí se disponen a sacar del Altar. Se junta en casa de dicho Señor los ya citados. Se van a San Francisco de donde sale la procesión a Santiago, a las Claras, a la Concepción, a la Catedral, a la Trinidad, a Santo Domingo, a San Pedro y de allí otra vez a San Francisco, donde concluyen y se retiran a casa del Canónigo Gobernador. Se da un refresco y cada uno se va a su casa.

Gil Albarracín editó ‘Cofradías y Hermandades en la Almería Moderna’, obra referencial

Viernes Santo.- Este día se va a casa del Canónigo Gobernador por la mañana a las 8 y media, concurren los mismos del Jueves Santo, se desciende la calle Real abajo, sube la Empedrada a la Catedral, la Concepción, Santa Clara y a San Francisco, y se retiran a casa del Fiscal y danse refrescos como el Canónigo Procurador.

Hasta aquí la transcripción, un tanto críptica, pero al menos dándonos la oportunidad de conocer horarios, salidas, entradas y recintos a los que concurren. apostilla con fina ironía como el redactor se preocupó muy mucho de no omitir las “recepciones” con refrescos, ni tampoco la filiación de las autoridades... Sin embargo, de cofradías e imágenes ni una palabra; pese a que cada congregación tendría, suponemos, al menos una advocación titular a quien ofrecer culto. Al margen de los itinerarios descritos, desde centurias atrás establecieron la llamada “carrera grande” (incluyendo el barrio de La Almedina), acortada posteriormente bajo la denominación de “ chica”. Esta última discurría por el perímetro: plaza de la Catedral, Eduardo Pérez (Empedrada), Real, Mariana y Cervantes (“calle que va a la Plaza del Juego de Cañas”). A instancia de la AA.VV. Casco Histórico, una cerámica recordatoria luce en la placeta que lleva el nombre de Santisteban Delgado, frente a la entrada de la Alcazaba.

Actividad cofradiera en la Era Moderna

Llegados a este punto es obligado ponderar la labor recopilatoria de Gil Albarracín (<Cofradías y Hermandades, en la Almería Moderna>, 1997). Conocíamos la existencia de corporaciones de Gloria, Pasión, Ánimas y Santos Patronos pero es ahora cuando se editan parte de sus estatutos. Los archivos Históricos Provincial y Municipal custodian mandas testamentarias, protocolos notariales, reglas y legajos varios; lo que nos ha permitido seguir investigando hasta obtener información adicional a sumar a aquellas. Entre los siglos XVI y XIX se contabilizan un total de 21 cofradías, hermandades y Escuelas de Cristo, repartidas por parroquias y conventos en la capital. Ahora me limito a aquellas de las que tenemos certeza, o sospecha fundada, que hacían estación penitencial, aunque por falta de espacio no podamos contextualizarlas en la sociedad de su tiempo.

En San Pedro el Viejo se ubicaba la Ilustre y Esclarecida Hermandad del Santísimo Sacramento, constituida en 1651 e integrada por las personas más acaudaladas de la Nobleza del Pueblo. De sus reformadas ordenanzas, impresas en 1782, extractamos una norma harto significativa:

Ordenamos que todos los Miércoles, Jueves y Viernes Santo de cada año, asista toda la Hermandad por cuerpo perpetuamente con su cera a las Procesiones de Semana Santa que salen de las Iglesias de San Francisco y de la Santísima Trinidad, alumbrando y acompañando a María Santísima de la Soledad que se saca en dichas Procesiones; y que cada día de estos tres se darán dos velas para que ardan en su culto y en la Iglesia donde se hallare.

La Catedral y conventos Trinitarios, Las Puras y Las Claras fueron visitas obligadas

En la parroquia de Santiago Apóstol se asentaba la hermandad de San Felipe. A ella pertenecían prebendados, racioneros y capellanes de la seo urcitana. Tales ministros asistían a las procesiones del jueves y viernes Santo desatendiendo las ocupaciones propias de su cargo. Por ello, en 1672 el cabildo catedralicio determinó sancionarlos:

... Y que los racioneros que son hermanos de la Hermandad de San Felipe asistían indecentemente con la autoridad de prebendados, por lo que se acordó imponerles multas.

Monasterio de La Encarnación (Las Claras). Monasterio de La Encarnación (Las Claras).

Monasterio de La Encarnación (Las Claras). / José Márquez

De la del Santísimo Sacramento y Ntra. Sra. de los Dolores (La Soledad) ya nos hemos ocupado ampliamente en otros foros. Ahora cabe recordar que obtuvo Bula de Privilegios e Indulgencias otorgada en marzo de 1772 por fray Francisco Raymundo Adán, prior general de los Servitas, siendo fechada su fundación en enero de 1773 y erigida en Santiago. Dicha fundación figura inscrita en el registro en Roma de la Orden, siéndome facilitada una copia por su archivero responsable (valenciano) con el que mantuve correspondencia. La imagen original (de autor desconocido) y ropa de vestir fue sufragada por el beneficiado Manuel de (B)argas. Durante tal siglo no hemos hallado documento probatorio alguno de la salida procesional de la venerada Virgen. En las 20 normas de su reformada Constitución (1828) no se explicita estación de penitencia el Viernes; es más, cuando ya lo hace en la primavera de 1876, la prensa magnifica “que por primera vez ésta Hermandad recorrería las calles de Almería”.

Regresamos al convento de San Francisco, lugar donde radicaban las de San Juan Evangelista, Orden Tercera de Penitencia y Jesús Nazareno. La de San Juan tenía explícitamente prohibido franquear las amuralladas puertas de la ciudad, excepción hecha de la de Pechina (Purchena). Entre su patrimonio se inventariaban 83 libras de cera, dos estandartes de damasco encarnado y blanco, dos guiones (uno con cruz de plata) y andas de madera para el Santo.

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