Semana Santa

Procesiones y Viacrucis en la Almería antigua (I)

  • Propiciadoras de procesiones urbanas con hermanos de luz y sangre, en la Almería dieciochesca cohabitaron cofradías abiertas y cerradas, entre ellas las sustentadas por los gremios y la nobleza

Catedral de la Encarnación.

Catedral de la Encarnación.

En el orbe católico, la Semana Santa que conmemora la Pasión, Prendimiento, Muerte y Resurrección de Jesús alcanza su máxima expresión litúrgica, devocional e historiográfica. El ritual se entronca de forma singular en Andalucía, en los hábitos y tradiciones de amplias capas rurales y urbanas. Razón por la cual el fenómeno socio-religioso y cultural se hace especialmente atractivo a estudiosos de distintas disciplinas académicas, acrecentándose el interés investigador por los orígenes etnográficos y antropológicos de procesiones y viacrucis en el exterior de los templos. No obstante, sorpresivamente las noticias referidas a Almería capital son escasas y dispersas. El presente trabajo trata de actualizar lo publicado hasta ahora en diversos soportes escritos. A ello le sumaremos aportaciones personales y el índice de textos manejados. Aunque del tema se han ocupado, con más o menos fortuna, buen número de historiadores locales -mayoritariamente clérigos- su lectura nos conduce a una primera reflexión: la pobreza de documentación que identifique fidedignamente situaciones y fechas concretas. Comparada con la vasta producción dedicada a la Iglesia local, la laguna documental resulta incomprensible teniendo en cuenta su cercanía a fuentes archivísticas de primera mano. Bastante dificultosas por cierto al resto de los mortales, dado que los eclesiásticos (parroquiales, diocesanos, catedralicios) se rigen por normas concordadas independientes a la Ley General de Archivos y Bibliotecas.

Una segunda conclusión, ya referida a su manifestación pública en el exterior, sería la dualidad entre cofradías abiertas y cerradas. Estas últimas, las gremiales, se substanciaban en la de Jesús Nazareno y Santísimo Sacramento (bajo la responsabilidad de familias incluidas en el Padrón de Nobles de la Ciudad); Señor San Pedro (compuesta por propietarios de barcas y pescadores) y Virgen del Mar (durante un periodo etario de filiación militar). La de San Camilo de Lelis y Ntra. Sra. de la Esperanza, formada por sacerdotes seculares y regulares -basada en su homónima de Sevilla y sede en la parroquial de San Pedro-, ofrece algunas peculiaridades. Reparen, por ejemplo, en su particular concepto de clase (cap. III de los estatutos). Como concesión graciable, a los legos que solicitasen engrosar sus filas sí se les permitía decir jaculatorias y saetas:

Y por cuanto es indecoroso a los Sacerdotes emplearse en ocupaciones mecánicas y serviles, se nombrará un Lego Muñidor (empleado a sueldo para las citaciones y otras servidumbres menores) con el competente salario a su trabajo.

Gabriel Pascual Orbaneja

Existe un punto coincidente en cuanto a la antigüedad documentada: el deán de la catedral de la Encarnación, Pascual Gabriel Orbaneja, fijó el primer hito cronológico (<Vida de San Indalecio y Almería ilustrada en su antigüedad, origen y grandeza>, 1699) en referencia al Convento Real de San Francisco:

La Iglesia es muy hermosa, y le da grande lustre el adorno de muchas Capillas, y en ellas Imágenes de gran devoción; y en particular una de Jesús Nazareno, cuyos milagros acreditan los despojos funerales que se ven colgados en su Capilla; por lo cual es muy grande la devoción que esta Ciudad, y sus naturales y habitadores tienen. Cuida de su aseo una Cofradía de esta advocación, erigida en la nobleza, que la sacan el Jueves Santo por la tarde.

La cofradía de Jesús Nazareno y Stmo. Sacramento radicó en el convento de S. Francisco

La información se corresponde con un acta capitular:

La Capilla Musical cobró seis ducados por asistir en San Pedro a la procesión del Jueves Santo y vísperas (último tercio del s.XVII).

Conviene señalar que, en el exhaustivo “vaciado” de citas musicales de la catedral fortaleza, ya no vuelven a relatarse en absoluto cultos externos semanasanteros, bien de músicos, bien de la Capilla (<Noticias y Catalogo de Músicas en el Archivo de la S. y A.I.C de Almería>, Cristina Bonillo y Albina Requena, 1997).

Tapia Garrido se pregunta por el destino final del Nazareno: ¿Pasó a la Iglesia de Santa Clara cuando se suprimió el convento de San Francisco en 1836? Posteriormente Gil Albarracín (<El templo parroquial de San Pedro, antigua iglesia de San Francisco de Almería>, 1996), al describir el traslado de San Pedro el Viejo a su nuevo emplazamiento en la Glorieta -durante las desamortizaciones estatales- arroja luz sobre el suceso, siempre y cuando ambos hablen de una misma talla:

La imagen de Jesús Nazareno, procedente del antiguo monasterio, fue instalada sobre una mesa del altar en la habitación que servía de trastero a los franciscanos y fue habilitada para baptisterio (...) Esta imaginería, junto a la restante del templo, fue destruida durante la guerra civil.

Vida de San Indalecio. Vida de San Indalecio.

Vida de San Indalecio.

Al hilo del comentario conviene enfatizar la carencia de una fiable catalogación de la iconografía expuesta en templos almerienses. De ahí las aventuradas hipótesis adjudicándoselas a este o aquel famoso imaginero: Salzillo, Risueño, Mena o Mora. Por el muy consultado Orbaneja sabemos asimismo que aprovechaban las Procesiones Generales (incluida, presumiblemente, la del jueves Santo) para establecer ante los fieles la antigüedad de las parroquias, en función de la ubicación de sus cruces:

... Y en esta conformidad ha precedido siempre la parroquial de San Pedro, después San Juan y luego Santiago; y no es dudable que el orden de llevar las Cruces en las procesiones generales asegura la antigüedad (...) Precediendo la más antigua a la más moderna...

Los sacerdotes conformaban la de San Camilo de Lelis y Ntra. Sra. de la Esperanza

En textos de toda índole topamos con alusiones a procesiones o asistencia a ellas, aunque es obligado precisar que no referidas a las pasionistas y sí a la del Corpus Christi, San Esteban, San Indalecio, Virgen del Mar, La Candelaria, etc. Así, Bartolomé Marín (Programa Oficial Semana Santa-1987), basándose en el Catastro de Ensenada (1750-1754), induce a creer que son costeadas por el Ayuntamiento. Son ciertas las ayudas, aunque insisto: no referidas a las de la semana santa, sino que las Repuestas Generales del Censo (1752) especifican la del Corpus y la cívico-religiosa de San Esteban (Pendón). Mañana continuamos con unos curiosos y esclarecedores “papeles” hallados en el archivo familiar de los Pérez de Perceval por Joaquín Santisteban Delgado (Cartagena, 1870-Almerìa1950), historiador, profesor de Humanidades y cronista oficial de la Ciudad.

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