SEMANA SANTA DE ALMERÍA

La Santa Cena inunda el centro de eucaristía

  • La banda municipal de Berja acompañó a la Madre de todos en este día tan importante para ella

El Señor de la Cena estrenó este año un mantolín de color oro viejo El Señor de la Cena estrenó este año un mantolín de color oro viejo

El Señor de la Cena estrenó este año un mantolín de color oro viejo / Javier Alonso

Santa Cena, y con ella la expectación propia de un Domingo de Ramos para esperar a una de las grandes hermandades de nuestra Semana Santa. El Señor de la Cena con su apostolado y María Santísima de Fe y Caridad inundó el centro de la capital de oración y de la institución de la eucaristía, fuente y culmen de la vida de todo cristiano, signo de unidad, vínculo de caridad y banquete pascual en el que se recibe a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da prenda de la vida eterna.

Desde mucho antes de las siete menos cuarto de la tarde la calle Ricardos, Plaza Urrutia e inmediaciones de la puerta lateral del tempo parroquial de San Pedro, se encontraban repletas de público esperando la salida de esta Hermandad Eucarística y Cofradía de Nazarenos de la Santa Cena y María Santísima de Fe y Caridad.

Tras la cruz guía de la Hermandad y con una impecable organización, comenzaban a salir las hileras de nazarenos con hábito compuesto por túnica de cola y antifaz de color blanco, hasta que los ciriales anunciaban la salida del paso comandado por Manuel Flores López, capataz general, que manda con acierto a una de las cuadrillas más prestigiosas de la ciudad de Almería, la del misterio de la Cena.

Un impresionante paso, el de la Cena, sobre él que descansa el verdadero protagonista de esta dramatización de la institución de la Eucaristía, el Señor de la Cena, que este año estrenaba un mantolín de color oro viejo. Está acompañado por San Judas Tadeo, Judas Iscariote, San Simón, San Juan, San Andrés, San Felipe, Santiago el Mayor, Santiago el Menor y San Mateo. Todos ellos fueron obra del imaginero sevillano Navarro Arteaga al igual que las cartelas en altorrelieve que representan una alegoría de la Eucaristía, Virgen del Mar, San Indalecio, Santiago Apóstol y San Pedro todas ellas sobre el paso de estilo neobarroco realizado en madera de caoba de Brasil. Estaba adornado con orquídeas cymbidium manon, rosas cappuccino, clavel fabolous, helecho coral dorado y espigas como exorno floral.

La Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora del Carmen, es quien acompañaba a este misterio por primera vez. Durante el recorrido se interpretaron esas marchas dedicadas al Señor de la Cena, estrenando este año “In Coena Domini” de Antonio Marín Romero para guiar los pasos del Señor de la Cena. Oír tocar a los integrantes de esta banda de la capital almeriense es también uno de los motivos para acercarse a disfrutar de las magníficas chicotás que los cuarenta y cinco costaleros realizan durante todo el recorrido por las calles del centro de la ciudad. Otra de las novedades en este 2019 es que los acólitos ciriales estrenaban capelina con escudo bordado en sustitución de las dalmáticas: de color burdeos para los del paso de misterio y blanco para los ciriales del paso de palio.

Cuando el misterio ya se adentraba por el centro histórico de la ciudad por la calle Padre Luque, el cuerpo de mantillas de la Virgen de Fe y Caridad aguardaba en la Calle Ricardos la salida de la bella imagen. La consolidada y devota cuadrilla de costaleros del paso de palio superó con su buen hacer las dificultades que supone la salida, para que un año más todos los fieles pudieran contemplar a su madre, que iba engalanada con flores rosa mondial, tulipán royal virgin, frecsias, cryptomeria y palmas. Destacar el detalle de los cirios de la candelería de la Virgen, pintados a mano, con el escudo de la Virgen -y la Inmaculada flanqueada por las alegorías de la Fe y Caridad- y los tres escudos de los conventos de monjas de clausura con los que la cofradía mantiene obra benéfica: Las Puras, Las Esclavas y la Claras y la Institución Benéfica Casa de Nazaret.

La banda municipal de Berja acompañó a la Madre de todos en este día tan importante para ella. El cortejo procesional, con los manigueteros que van junto a los respiraderos de ambos pasos y que visten las antiguas uniformidades con sus colores - rojo en el misterio y blanco en el palio – y, que supone uno de los elementos diferenciadores de la Hermandad en la calle, recorrió cada uno de los conventos de clausura de Almería, con los que les une un estrecho vínculo, para encaminarse hacia la Carrera Oficial. Ya pasada la medianoche, la Calle Ricardos volvía a ser un hervidero para despedir hasta el año que viene al Señor de Cena y a la Virgen de Fe y Caridad.

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