“¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí; ha resucitado”. Con esas palabras anunciaba el Evangelio de San Lucas la buena nueva de la resurrección de Cristo. Vera cerró la semana de la Pasión con la procesión del Resucitado, conocida popularmente como la del ‘Niño’. Eran las 8:30 horas cuando la imagen salía desde su hogar en la ermita de San Ramón con destino a la ermita de la Virgen de las Angustias.

Allí tuvo lugar la santa misa y después comenzó la procesión recorriendo las calles del centro del municipio hasta encaminarse por la calle mayor en dirección a la calle La Plata, hasta regresar a la ermita de San Ramón.

Abría el cortejo un grupo de penitentes con túnica morada y capirote blanco con el escudo de la Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno.

Nazarenos en la procesión del resucitado en Vera.

También en la parte delantera de la comitiva iban decenas de niños haciendo sonar campanas para anunciar que Cristo ha resucitado. La música, como es habitual, la puso la Banda Municipal de Vera, con la dirección de Juan Francisco Soler.

Una vez finalizada la procesión se celebró la tradicional subasta con los donativos que hacen los veratenses al paso del Resucitado.

Este es uno de los eventos más singulares y característicos de la Semana Santa veratense. Este año se celebró en la Glorieta, con el fondo verde de la lona que recubre la ermita de San Ramón, actualmente en obras. Según en blog Semana Santa Verantense, esta es una tradición genuinamente veratense, de origen desconocido (aunque probablemente pudo tener su germen en las antiguas subastas de cargos en la Hermandad, o de las donaciones en especie aportadas por lo hermanos a la misma). En ella, como cada año, José Joaquín Sánchez ofreció las donaciones al mejor postor.