Procesión del Resucitado

Aunque la historia de la hermandad del Resucitado es corta (cuatro años cumplirá el próximo 19 de junio), la procesión del Domingo de Resurrección convive con los almerienses desde 1957. Ese año se vio cumplido por fin el sueño de la Agrupación de cofradías de sacar una procesión que culminara la Semana Santa con la alegría de que Cristo ha vuelto a la vida.

Ese primer Domingo de Resurrección procesionaron las imágenes de Jesús Resucitado, dos romanos y un ángel, todas las imágenes talladas por el artista almeriense Antonio Robles Cabrera. Sin embargo, dichas tallas no gustaron y, aprovechando que la hermandad del Silencio había realizado el encargo de seis imágenes a Federico Coullaut Valera (Oración y ángel, Columna y sayón, Camino y Simón de Cirene), la Agrupación le confió también el nuevo Resucitado.

Así pues, el Domingo de Resurrección de 1960 salió por primera vez la actual imagen. Y este 2019 será, si Dios quiere, su última procesión. Sesenta procesiones. Seis décadas (con algunos huecos) llevando la alegría de la Resurrección a los almerienses.

Y se termina este año. Al igual que se terminaron las imágenes del Silencio. Se termina Coullaut en Almería. Qué pena. En cualquier otro lugar se darían guantás por tener las imágenes de este genio de la imaginería y aquí las dejamos arrinconadas mientras otras hermandades, en lugar de recuperarlas, bendicen otras de un más que discutible nivel artístico.

Sin embargo, distintos motivos han llevado a la hermandad del Domingo de Resurrección a cambiar la imagen por una salida de la gubia del joven imaginero José María Leal Bernández, discípulo del mismo Francisco Buiza.

El Señor de la Vida llegará el próximo año. Y poco a poco se irá completando el misterio con María Magdalena, otra María y un ángel. Todo el misterio en un nuevo paso. Y, cómo no, la Señora del Triunfo, que también llegará a Almería, convirtiéndose en la primera titular mariana de esta hermandad. Todavía quedan años, pero qué bonito es soñarlo.

Sin embargo, el reto más importante que afronta la hermandad del Resucitado es la de poder realizar estación de penitencia desde y hasta la parroquia de Monserrat, donde tiene su sede canónica. Ningún cofrade entendería que no pudiera salir desde su templo para llegar a la catedral y volver. Vamos, como cualquier otra hermandad. Esperemos que desde el obispado no se ponga ningún problema.