Semana Santa

No olvidemos la simpleza

  • l Hoy Domingo de Resurrección los cofrades almerienses llevamos en nuestro interior una mezcla de sensaciones: cansancio, satisfacción...

La procesión del Silencio de Almería, en imágenes

La procesión del Silencio de Almería, en imágenes / RAFA GONZÁLEZ (ALMERÍA)

¡Feliz Domingo de Resurrección! Qué rápido pasa el tiempo cuando estamos viviendo aquello que nos gusta y más después de tres años. Hoy, los y las cofrades almerienses llevamos en nuestro interior una mezcla de sensaciones. Cansancio, satisfacción del trabajo bien hecho o de haber hecho todo lo que se ha podido, que se nos ha ido rápido la semana… pero también impera un mensaje que es el motivo real por el que se ‘ha montado’ todo esto: Él, Jesucristo, ha resucitado.

Ya habrá tiempo de hacer balance, porque hoy lo que toca es disfrutar de lo último -y más importante- que nos queda, que es la resurrección de Jesús y el triunfo de la VIDA sobre la muerte. Lo que sí queda claro, sea cual sea la lectura, es que hemos vuelto a revivir sensaciones después de tres años, ya que en 2019, cuando terminábamos la Semana Santa, nadie presagiaba que sería para tanto tiempo. Por lo tanto, desde mi punto de vista, hoy lo que debe imperar es la satisfacción y alegría de poder haber vuelto a vivir nuestra Semana Mayor en las calles de Almería. Y eso, tal y como hemos visto las cosas por la pandemia del COVID-19, es motivo más que de sobra para estar felices.

Han sido días intensos los vividos en esta Semana Santa 2022 y si nos ponemos, semanas intensas desde que comenzara la Cuaresma el 2 de marzo. De manera espiritual, seguro que nos ha dado tiempo a hacer un análisis interior para mirar aquello en lo que podíamos mejorar para renacer y convertirnos en una persona nueva y llena de energía que nos ayudará para afrontar lo que queda de año.

Por otro lado, nuestras hermandades se han encargado de recordar valores como la humildad, paciencia, pasión, amor, perdón, entrega o sacrificio; también hemos ahondado en momentos de penas, cautividad, prendimiento, muerte o sufrimiento; y hemos visto como nunca vamos a estar solos ya que siempre vamos a tener alrededor a personas que nos van a ayudar, donde la máxima manifestación de ello siempre serán nuestro padre y nuestra madre.

En definitiva, hemos llevado a cabo todo un proceso a modo de examen en el que, lejos de importar la nota final, lo que verdaderamente importará serán los resultados obtenidos y de cómo los pondremos en práctica a lo largo de la Pascua de Resurrección y los meses que nos quedan del año. O si nos ponemos, hasta la Cuaresma 2023 en la que volveremos a ‘enchufarnos’ para cargas nuestras energías y volver a empezar el proceso.

Cofrades, amigos y amigas, almerienses, feliz Domingo de Resurrección. Todos los años, cuando vemos a Jesús Resucitado, no podemos evitar sentir pena porque a las personas que nos gusta esto sentimos que todo ha acabado y habrá que esperar hasta el año que viene para volver a vivirlo.

Sin embargo, y si me permiten, démosle la vuelta a esto y mirémoslo con otra perspectiva. Si la evolución de pandemia del COVID-19 sigue su curso, tenemos todo un nuevo año por delante de retos, de oportunidades, de ensayos, de trabajo, de enseñanzas, de momentos que se nos quedarán grabados y que recordaremos en nuestras reuniones y momentos más distendidos.

Por otro lado, si hay algo que también nos ha enseñado la pandemia y todo este tiempo que hemos tenido sin disfrutar de aquello que nos gusta es que hay que vivir el presente saboreando cada segundo y aportando y ayudando todo lo que podamos. Sin descuidar el futuro claro está, pero no viviendo todo el año en un continuo caminar hacia el Monte Calvario. Para todo, para lo bueno y para lo malo, hay un tiempo determinado.

Y para terminar, cuando miren a la imagen de Cristo resucitado, no se olviden del mensaje principal de todo esto: AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS. Así empezaba esta serie de artículos por Semana Santa y así quiero terminar. Porque el mensaje, a lo largo de los años y de los siglos es el mismo. Se puede presentar de mil maneras y personas diferentes y habrá algunas que entendamos más y otras menos. En nuestro caminar y búsqueda de respuestas simples a preguntas complejas, esta es la ‘llave’ de todas las simplezas. Y bendita simpleza.

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