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Un serio problema ya con el ataque estático

  • Un equipo solvente con los espacios que encuentra fuera suma 4 frenazos en casa ante rivales ordenados por detrás del balón

Se impone una reflexión cuando un equipo gana casi cosiendo y cantando fuera de casa y las pasa tan moradas al calor de su público. Hay días en que esto último es un decir y ayer fue uno de ellos. Pero en medio de esa frialdad ambiental que tampoco supieron convertir en presión contagiando a su gente los jugadores, el Sevilla empieza a dibujar un encefalograma peligrosamente plano en una faceta en el juego ofensivo que en los manuales figura en los capítulos preferentes como es el ataque estático. El equipo de Jiménez en sólo quince jornadas ya se ha quedado cuatro veces sin ganar en el Sánchez-Pizjuán y eso es señal de que a los rivales les cuesta muy poco domeñar ese caudal de juego otrora descontrolable para el entrenador más preparado.

Lejos de Nervión, donde hay más espacios, el fútbol fluye con más nitidez en un equipo que no encuentra fórmulas cuando un equipo se le encierra a no ser que sea bajo el juego de estrategia. Ayer, aunque fuera en segunda jugada, volvió a marcar tras una falta.

Defensa

Jiménez sorprendió alineando al enmascarado Escudé, pero quien más se destapó en ese novedoso eje que se tragó un par de sapos a la postre letales fue Sergio Sánchez. Es cierto que Konko no le ayudó en tareas defensivas y tampoco un Zokora a quien sus carreras y exhibiciones de potencia no deben tapar su mala cultura táctica. Eso sí, la parte izquierda del sistema defensivo no desentonó tanto.

Ataque

Primero lo empezó a atascar todo un Kone que nunca debió ser titular con Renato y Negredo en el banquillo. Luego volvió a aparecer el Kanoute de las imprecisiones para que el martilleo de las bandas no tuviera el premio de otras veces. Jesús Navas y Perotti la pedían una y otra vez, pero en el fútbol -por el ahogo geométrico que impone la cal- el juego de banda es más fácil de taponar que combinaciones por el centro por mucho que los extremos sean unos fueras de serie.

Virtudes

Pese a que no había ritmo, el Sevilla creó ocasiones aunque fuera en arreones por los costados o con servicios largos de Romaric.

Talón de aquiles

Los rivales han visto claro que el ataque estático se le atraganta al Sevilla... Y el CSKA ya toma nota.

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