Mientras ómicron parece seguir creciendo a escala global, han ido apareciendo diferentes subvariantes: BA.1, BA.2 y BA.3. De todas ellas, la que parece preocupar más a los epidemiólogos es la BA.2, también conocida como "ómicron sigilosa".

La BA.2 ha recibido el sobrenombre de sigilosa por ser capaz de evadir los métodos habituales de detección de mutaciones y se detectó por primera vez en China aunque, según algunos expertos, puede que su origen esté en India.

Según declaraciones de Etienne Simon-Lorière, jefe de la unidad de genómica evolutiva de los virus de ARN del Instituto Pasteur, "la mitad de los casos registrados actualmente en Dinamarca son positivos por BA.2".

Qué es lo que más preocupa de la subvariante BA.2

Aunque los investigadores siguen estudiando si esta subvariante es o no más virulenta o transmisible, el principal problema o preocupación de la que hablan los especialistas es la dificultad para detectarla. Al parecer es indetectable para aquellas pruebas diagnósticas más simples, como por ejemplo los test de antígenos de farmacia. Por ello, la PCR sigue siendo la prueba más certera.

Además de en Dinamarca, esta nueva variante ya se ha identificado en Reino Unido, Suecia, Noruega, India, Grecia, Filipinas y Estados Unidos. La OMS afirma además que ya existe una tercera subvariante, la BA.3.

Actualmente, la BA.1 concentra el 97,4% de los casos de ómicron. La BA.2, sin embargo, crece con rapidez, lo que sugiere que esta subvariante es aún más contagiosa que la ómicron original. Por ahora se han registrado más de 2.000 casos de BA.2 en en todo el mundo. En Dinamarca, ya representa el 35% de los nuevos casos en los últimos 10 días.

La BA.2 tiene 28 mutaciones más que la ómicron original (BA.1), pero también ha perdido otras. "Se han perdido algunas mutaciones que son importantes para la transmisión. Por ejemplo, BA.2 no tiene una de las deleciones de la S, que es importante para la transmisión", advierte González-Candelas, experto en genómica y secuenciación de FISABIO.