Naturaleza

Buitres: cuando comer cadáveres puede ser divertido

Los buitres son necesarios para la integridad de los ecosistemas

Los buitres son necesarios para la integridad de los ecosistemas

En general, la sociedad tiene una visión negativa de los buitres. No en vano, el término buitre se utiliza como sinónimo de aprovechado o interesado, y se usa para señalar peyorativamente a políticos, banqueros e incluso malos periodistas. Sin embargo, la realidad es que los buitres son uno de los grupos animales más importantes para los ecosistemas.

Cuando los buitres están presentes en un ecosistema, la velocidad a la que la materia orgánica se descompone se multiplica por 50. De esta forma, podríamos decir que los buitres mantienen limpios los ecosistemas. Esto ya debería ser una razón de peso para proteger y conservar las especies de buitres, pero, por si fuera poco, los buitres juegan un papel fundamental en el bienestar humano.

Cuando los buitres desparecen de un ecosistema, aumenta el número de perros asilvestrados, dado que ya no tienen que competir con los buitres por la carroña. El aumento de estos perros lleva consigo el incremento en el número de contagios de rabia, peste y otras enfermedades. Pero no es solo una cuestión de salud pública, sino también de salud medioambiental.

Donde no hay buitres, los humanos debemos deshacernos de los cadáveres de nuestro ganado, lo cual normalmente se hace mediante la incineración. En un país como España, el transporte e incineración de nuestra cabaña ganadera, emite a la atmósfera 77.000 toneladas de CO2 al año, lo que equivale a las emisiones de 77.000 vuelos de ida y vuelta entre Barcelona y Copenhague. La destrucción de la carroña generada por el ganado tiene también un coste económico; en concreto 50 millones de euros al año tan solo en gastos indirectos. Es decir, el hecho de que haya buitres, sale barato.

¿Dónde hay buitres?

En el mundo hay buitres en todos los continentes excepto en Australia y los polos geográficos. Existen dos grupos principales de buitres: los americanos, conocidos como buitres del Nuevo Mundo, y los de África, Asia y Europa, conocidos como buitres del Viejo Mundo. En total suman 23 especies de las cuales, 16 están más o menos amenazadas.

Buitre en la serranía de Ronda. Buitre en la serranía de Ronda.

Buitre en la serranía de Ronda.

Sus principales amenazas son comunes en todo el mundo, aunque suelen tener casuísticas concretas en cada región. Las principales son: el choque fortuito con medios de transporte de humanos y con aerogeneradores, la electrocución en tendidos eléctricos y la persecución directa. Pero por encima de todas ellas, la amenaza común a todos los buitres, incluso los que no están amenazados, es el veneno.

Quizás el caso más paradigmático de intoxicación de buitres por sustancias humanas ha sido la crisis provocada por el diclofenaco. Este compuesto es un antinflamatorio de uso habitual en veterinaria que, cuando llega a la sangre de los buitres que se han alimentado de los restos de un animal tratado con diclofenaco, le provocan un fallo renal mortal.A mediados de los 90, este medicamento provocó la desaparición del 90% de los buitres del Sureste asiático que, con 50 millones de individuos, se consideraba la mayor población del mundo.

Otro ejemplo famoso de intoxicación es el que ocurrió con el cóndor de California, un ave que acostumbra a alimentarse de los restos que dejan los cazadores en el campo. Estos restos suelen contener fragmentos de munición de plomo, un metal pesado altamente tóxico. Cuando un ave acumula estos fragmentos en su cuerpo, puede morir debido a una intoxicación severa, o bien puede sufrir fallos en el sistema reproductor que hacen inviable la reproducción. En ambos casos, la población se ve resentida ya que, por un lado, pierde individuos y, por otro, es incapaz de reclutarlos. La crisis fue tan severa, que las autoridades decidieron capturar a todos los cóndores que quedaban en libertad y someterlos a un intensivo programa de cría en cautividad que, afortunadamente, está dando buenos resultados.

Los casos del diclofenaco y del cóndor de California son ejemplos de intoxicación involuntaria de buitres. Sin embargo, en otras ocasiones, los humanos deciden directamente envenenar estas aves. Por ejemplo, en Argentina, los ganaderos colocan cebos envenenados para matar a los que consideran los principales riesgos de sus rebaños: el puma y el cóndor andino. En África, son los cazadores furtivos los que envenenan con cianuro los restos de sus víctimas para que los buitres no delaten dónde han cazado.

Especies de buitres

Volviendo al número de especies de buitres que hay en el mundo, de las 23 especies que existen, 16 componen el grupo de los buitres del Viejo Mundo. De ellas, tan solo cuatro son reproductoras en Europa. Y de esas 4, entre el 70-90% de toda la población europea, se encuentra en la Península Ibérica.

Alimoche. Alimoche.

Alimoche.

El más pequeño de estas 4 especies es el alimoche, la única de ellas que es migradora. El estado de conservación de esta especie es bastante precario, debido sobre todo al veneno y al choque con aerogeneradores. El alimoche es una especie rupícola, es decir que anida en cortados y acantilados. Por tanto, en la Península Ibérica podemos encontrarlo en cualquier lugar donde existan cortados aptos para su nidificación. El color amarillo de su rostro, se debe a la acumulación de carotenos, unas vitaminas que solo obtiene de dos formas: alimentándose de excrementos o de huevos de otras aves, para lo cual es capaz de usar piedras con las que abrir huevos grandes como los del avestruz.

Quebrantahuesos. Quebrantahuesos.

Quebrantahuesos.

Por su parte, el quebrantahuesos es también un ave rupícola, pero su distribución es mucho más restringida ya que esta todavía más amenazado que el alimoche. De hecho, hasta 2015 tan solo criaba en los Pirineos. Por suerte, y gracias al esfuerzo de muchos investigadores y voluntarios, desde 2015 hay 3 nuevas parejas criando en la Sierra de Cazorla. Como su nombre indica, el quebrantahuesos es un ave osteófaga que se alimenta prácticamente en exclusiva de huesos que, o traga directamente o rompe contra las rocas cuando son demasiado grandes y no puede tragarlos de una vez.

Buitre negro. Buitre negro.

Buitre negro.

El tercer buitre ibérico es el buitre negro, la más grande de las 4 especies de buitres europeas, que llega a alcanzar los 3 metros de envergadura. Pese a que sufrió un gran retroceso entre los años 70 y los 90 a causa del envenenamiento, sus poblaciones actualmente se están recuperando. Es el único de los cuatro que cría habitualmente en árboles y podemos encontrarlo en todo el suroeste peninsular.

Buitre leonado. Buitre leonado.

Buitre leonado.

Finalmente, el buitre leonado es la más abundante de las 4 especies, y su estado de conservación es bueno. Sin embargo, esto no significa que no tenga problemas, ya que anualmente mueren más de mil buitres leonados como consecuencia del choque con aerogeneradores y electrocuciones en tendidos eléctricos. Dado que es tan abundante, es una especie ideal para hacer trabajos de seguimiento GPS a gran escala. Gracias a estos trabajos, por ejemplo, se ha descubierto que los buitres leonados nidificantes en España evitan cruzar a Portugal.

Este sorprendente fenómeno se debe a que, tras la crisis de las vacas locas en 2002, la Unión Europea prohibió el abandono de carroña en el campo. Aunque esta prohibición acabó en 2009, sin embargo, la nueva legislación no es de obligado cumplimiento para los países europeos. De esta forma se da la paradoja de que países vecinos, como España y Portugal, la aplican de diferente forma. España ha vuelto a autorizar el abandono de carroña en el campo, pero Portugal no. Esto crea una barrera ecológica en paralelo a la frontera política donde a un lado encontramos carroña (España) y por tanto buitres, mientras que en el otro no hay carroña (Portugal) y por tanto lo evitan.

Los buitres, por tanto, son especies de vital importancia para los ecosistemas y están seriamente amenazados. Es fundamental el papel humano en su conservación y la Península Ibérica es uno de los núcleos fundamentales de esta especie animal.

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