La Audiencia Provincial de Pontevedra condenó a siete años de prisión a la pontevedresa María Dolores Alvarez, al considerarla culpable del intento de asesinato de su hijo de cinco años al que suministró una mezcla de ansiolíticos, antidepresivos y cocaína con Cola Cao y posteriormente abrió la llave de paso del gas para suicidarse junto a él, debido al desengaño amoroso que sufrió con el padre del pequeño.
En la sentencia, el magistrado de la Sección Segunda de la Audiencia pontevedresa aseguró que la culpabilidad de la acusada "no le merece ninguna duda", al recordar que María Dolores Alvarez avisó de sus intenciones mediante una llamada telefónica que recibió el padre del niño y antigua pareja sentimental de la mujer, en la que amenazaba con que al día siguiente "tendría que traer dos ataúdes" porque ella y su hijo estarían muertos.
Durante el juicio, la acusada negó en todo momento haber suministrado la droga a su hijo, achacando la presencia de estas sustancias en el cuerpo del menor a que no recordaba nada desde que se había acostado y que probablemente alguien había entrado en el domicilio "y aprovechando el carácter tranquilo del niño y la confianza con la gente que conoce, consiguiera que ingiriese esos tóxicos", una posibilidad desechada por el juez.
Además, los agentes policiales corroboraron que tuvieron que derribar el sofá que bloqueaba la puerta de acceso a la vivienda cuando acudieron a los requerimientos del padre del menor y que una vez en su interior notaron "un fuerte olor a gas" y que había cajas de medicamentos desperdigados por toda la casa, encontrándose con la mujer y el niño semiinconscientes en una de las habitaciones.
A pesar de la claridad con la que el magistrado califica los hechos, éste recuerda que el niño estaba siendo tutelado por la Xunta de Galicia y disfrutaba de unos días de permiso con su madre, que estaba bajo tratamiento psiquiátrico, después de sufrir varias crisis nerviosas tras la ruptura con su pareja sentimental, aunque insiste en que esas patologías mentales "no le impedían distinguir el bien del mal". Además de la pena de prisión, la sentencia de la Audiencia Provincial de Pontevedra refleja que María Dolores Alvarez no podrá acercarse a su hijo durante los próximos 17 años y deberá indemnizarlo con 3.270 euros por los daños morales que le causó el suceso.
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