Especial Industria

Estación Ambiental Madrevieja. Devolviendo la vida a la Vida

  • En el año 2009 la Fundación Cepsa puso en marcha este proyecto de recuperación, que actualmente se ha convertido en un modelo a seguir en la protección del medio ambiente

La Estación Ambiental Madrevieja es hoy una ‘isla de diversidad’ con más de 1.000 especies inventariadas.

La Estación Ambiental Madrevieja es hoy una ‘isla de diversidad’ con más de 1.000 especies inventariadas.

Que la industria es perfectamente capaz de convivir con la naturaleza queda patente en numerosos ejemplos en Andalucía y en la propia provincia de Cádiz. Desde El Parque Natural de Los Alcornocales a las Marismas del Odiel en Huelva, los hechos han terminado siendo el principal argumento de quienes defienden que es posible una industria sostenible. Sin embargo, desde la Fundación Cepsa han demostrado que se puede ir incluso más allá: prácticamente crear un espacio natural. El centro de investigación Estación Ambiental Madrevieja (EAM), que ha cumplido recientemente su décimo aniversario, nació como una iniciativa, una idea, allá por el año 2008, que buscaba proyectos que favoreciesen la biodiversidad en la Comarca del Campo de Gibraltar. Por entonces, la Fundación Cepsa encarga a la empresa Ornitour un proyecto de mejoras ambientales en una finca propiedad de la compañía en el que cupieran tanto líneas de investigación como de divulgación. Un año después, en 2009, comenzó su andadura.

Pero el proyecto comienza a dar resultados favorables antes de lo esperado, “lo que sorprende a los técnicos responsables de las dos empresas y hace plantearse centrar sus esfuerzos en desarrollar trabajos con un calado ambiental más profundo, rompiendo estereotipos, con un nuevo modelo de la conservación de la naturaleza”, no en vano “se parte de un espacio natural no protegido, catalogado como suelo industrial y propiedad de la compañía”, recuerda David Barros, gerente de Ornitour.

Además, la Estación Ambiental Madrevieja “es un área antropizada, flanqueada por industrias, carretera y autovía, tendidos eléctricos y el arroyo denominado Madre Vieja del cual recibe su nombre”. En definitiva, “se trata de una parcela de 20 hectáreas inicialmente sin interés ambiental aparente y que en la actualidad cuenta con dos de los hábitats más importantes del área de la Bahía de Algeciras, como son el acebuchal y los humedales de agua dulce”, que se habían perdido y ahora se han recuperado nuevamente.

Se trata de una “isla de biodiversidad”, para las cerca de 1.000 especies inventariadas de fauna y flora. “Hay que destacar que, siendo un lugar relativamente pequeño y con la ubicación mencionada, están representadas un gran número de especies de la provincia de Cádiz, como es el caso de los anfibios y reptiles, al 90% y 50% respectivamente”, mientras que en el caso de los mamíferos “son el 67% de las especies potenciales, en la que destacan la presencia de todos los carnívoros (siete especies) con reproducción constatada, por el momento, de la nutria, el zorro y el meloncillo”. En lo que respecta a las aves, grupo del que se hacen muestreos quincenales desde los inicios del proyecto, “se ha incrementado el número de especies, partiendo de 75 durante los dos primeros años, hasta llegar a las 148 especies observadas hasta el momento, fruto de las mejoras ambientales y madurez de estos hábitats, principalmente en los humedales y áreas forestales”.

El ‘milagro’ de la Estación Ambiental Madrevieja es solo una muestra de cómo es posible que “cualquier zona natural que se encuentre ubicada en parcelas propiedad de industrias, ayuntamientos u otro tipo de entidades, incluso de particulares” pueden “con poco esfuerzo” originar un archipiélago de “áreas de biodiversidad” en zonas muy antropizadas, “que aportarían a los ciudadanos, mayor calidad ambiental”, asegura Barros.

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