El coronavirus se sigue enseñoreando de las calles de Madrid y del resto de la comunidad (mayormente al sur)  y ante la "gravísima" incidencia del virus ha saltado al fin a la palestra la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, quien ha anunciado este viernes que se confinarán 37 áreas sanitarias particularmente castigadas por la pandemia, con más de 1.000 contagios por cada 100.000 habitantes.

En estas zonas (que suponen un 13% de la población de la comunidad, unas 850.000 personas) se restringen las entradas y salidas. 

Los ciudadanos podrán acudir a trabajar o comprar, es decir, la situación no es tan lesiva para los derechos de las personas como durante el estado de alarma, cuando la actividad laboral se limitó a las llamadas actividades esenciales.

Otra de las incógnitas que ha quedado despejada es la de la apertura de los colegios y centros de enseñanza, una de las patatas calientes de la pandemia. Seguirán abiertos, aunque las incidencias en la vuelta al cole se han elevado a casi 700 con el cierre de 565 clases y 120 centros educativos en apenas dos semanas de arranque de las clases presenciales. Además, entre la comunidad educativa empiezan a sucederse las huelgas en defensa de más medidas de seguridad como la de este viernes en Andalucía.

Otra de las medidas de calado anunciadas es que las reuniones sociales se restringen de 10 a seis personas, se reducen los aforos en los sitios públicos y se suspenden las actividades en parques y jardines.  

Ayuso: "El confinamiento total sería un desastre económico y hay que evitarlo por todos los medios"

Ayuso ha admitido que la declaración del estado de alarma y el consiguiente confinamiento sería un "desastre económico y hay que evitarlo por todos los medios" .

También ha asegurado que se realizarán un millón de test antígenos en poco tiempo para detectar infecciones en las zonas más vulnerables al Covid-19 en la comunidad, que están concentradas en la zona sur, 

El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, ha detallado posteriormente las restricciones a la movilidad. Según ha explicado, 26 de las 37 áreas sanitarias afectadas por las nuevas restricciones se encuentran en Madrid capital, como Puente de Vallecas o Carabanchel, y el resto en 11 once ciudades dormitorio, como los municipios de Fuenlabrada, Humanes, Moraleja de Enmedio, Parla, Getafe, San Sebastián de los Reyes y Alcobendas.

En todas estas zonas, donde se han detectado más de 1.000 contagios por cada 100.000 habitantes.  viven alrededor de 850.000 personas, lo que representa un 13% de la población madrileña, si bien concentran casi el 24% de los casos detectados en la última semana.

La Comunidad de Madrid carece de Policía autonómica, por lo que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado controlarán la movilidad, que se permitirá por motivos laborales, médicos o para hacer la compra. Así como para otras actividades prioritarias como la asistencia a personas mayores, menores o dependientes; el acceso a entidades bancarias o de seguros, legales o administrativas; acudir a exámenes o cualquier otra causa de fuerza mayor.

Aforos al 50%

Además, se reducen los aforos en comercios y hostelería al 50%. No habrá barras en los bares  se limitan a seis los comensales por mesa. Bares, restaurantes y comercios cerrarán a las diez de la noche.

También se reduce a la mitad el aforo en los centros de enseñanza no reglados, como academias o autoescuelas, y en las instalaciones deportivas, siempre en grupos de máximo seis personas.

Las casas de apuestas resisten el vendaval restrictivo y en cambio se cierran curiosamente los parques. Un aparente contrasentido que Ayuso defendido  alegando que en las zonas ajardinadas se dan más reuniones sociales que en los casinos. 

La declaración del indeseable estado de alarma flotaba en el ambiente. En este sentido, Ayuso se reunirá con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el próximo lunes a las 12.00 en la Real Casa de Correos, sede del Ejecutivo autonómico para abordar la situación de la pandemia en la región. A buen seguro será uno de los temas que estará sobre la mesa.

Ayuso ha subrayado que no es plan seguir tirándose los trastos a la cabeza con los socialistas ni rebozarse en los errores que "todos" han cometido, aunque se ha quejado de que el Gobierno nunca le ha dado un buen paraguas jurídico para aplicar restricciones.

Ese fue precisamente el motivo por el que la comparecencia de la presidenta regional para anunciar las nuevas restricciones se ha hecho de rogar, pasando de matutina a vespertina: estaba en principio prevista a las 11.30 horas, luego se postergó a la una y finalmente se produjo a las cinco de la tarde. Razón: la construcción de un  buen andamiaje jurídico y que no quedara ningún cabo suelto.

En todo caso, el Gobierno madrileño mantiene un  tono mucho más moderado que meses atrás y la apuesta ahora es por la colaboración más que por la confrontación con Moncloa.     

El anuncio de las nuevas restricciones, que deberán ser autorizadas por un juez, ha llegado tras dos días de marejada interna que comenzó el miércoles, cuando Antonio Zapatero, viceconsejero de Sanidad, anunció “confinamientos selectivos” y dijo que había avisado a Ayuso por WhatsApp de una “medida drástica” que ulteriormente fue matizada y desmentida por los consejeros de Sanidad y Justicia mientars Ayuso se mantenía fuera del proscenio.