Sociedad

El monstruo de Amstetten, acusado de asesinato por la muerte de un hijo-nieto

  • Josef Fritzl, que encerró y violó durante 24 años a su hija Elisabeth, puede ser condenado a cadena perpetua por no ayudar a uno de los bebés tras nacer · También será juzgado por esclavitud, coacción e incesto

El austríaco Josef Fritzl, conocido como el monstruo de Amstetten por haber encerrado y violado durante 24 años a su hija Elisabeth, ha sido acusado formalmente del asesinato de uno de sus hijos-nietos que murió poco después de nacer, y puede ser condenado a cadena perpetua, según el documento de acusación publicado ayer.

La Fiscalía lo considera responsable de la muerte, en 1996, de un recién nacido porque, "pese a haber tenido conciencia de que la vida del bebé corría peligro, descuidó pedir ayuda a terceros", señala el documento.

En sus interrogatorios, Fritzl, de 73 años, reconoció haber quemado en la caldera de su casa el cadáver del bebé, gemelo de otro niño que sobrevivió, pero negó la falta de socorro afirmando que nació muerto.

El padre incestuoso reconoció todos los hechos salvo su responsabilidad en la muerte del bebé. Sin embargo, un experto encargado por la Fiscalía señaló, de acuerdo a las indicaciones dadas por la hija de Fritzl, Elisabeth, de 42 años, que el niño podría haber sido salvado si hubiera recibido cuidados médicos.

Elisabeth tuvo siete hijos del incesto con su padre: el que murió, tres que vivieron secuestrados con ella y otros tres que fueron adoptados por Fritzl y su mujer y vivieron en la casa de encima del sótano.

Fritzl hizo pasar a estos últimos, tanto ante las autoridades como ante su esposa, por hijos que Elisabeth había abandonado en la puerta de su casa.

El drama se descubrió a finales de abril, cuando la hija mayor, de 19 años y que siempre vivió cautiva con su madre, fue hospitalizada, inconsciente y con una enfermedad misteriosa.

Fritzl también está acusado con los cargos de esclavitud, violación, reclusión, coacción e incesto, y así las cosas, parece garantizado que pase el resto de sus días en la cárcel.

Según el sistema legal austríaco, las penas de diferentes delitos cometidos no se acumulan, y la sentencia final se basará en el hecho de mayor gravedad, en este caso, el de asesinato.

Kurt Leitzenberger, presidente del tribunal de Sankt-Pölten que juzgará a Fritzl, declaró ayer al diario Kurier que el proceso no comenzará antes de finales de enero de 2009. Según fuentes judiciales citadas por la agencia APA, el juicio podría empezar en marzo.

Además de exigir la pena pertinente por la gravedad de los delitos cometidos, la Fiscalía ha solicitado el ingreso de Fritzl en un centro psiquiátrico de reclusión de delincuentes anormales.

En un informe hecho público a mediados de octubre, el experto psiquiátrico que examinó a Fritzl, que permanece encarcelado desde el pasado mes de abril, lo definió como "lúcido" para enfrentarse a un juicio con jurado, aunque considera que sufre una degeneración psíquica y emocional grave.

Por su parte, el abogado del acusado, Rudolf Mayer, precisó ayer a la agencia APA no haber recibido ninguna notificación del tribunal.

Mayer, que en el pasado declaró tener intención de declarar la irresponsabilidad de su cliente, dispondrá de 14 días tras la recepción del acta de acusación para contestarlo.

Elisabeth Fritzl y sus seis hijos, de entre 5 y 19 años, viven desde la primavera en una clínica psiquiátrica cercana a Amstetten, protegidos de la curiosidad general.

La madre de Elisabeth, Rosemarie, de 69 años, que aseguró ignorar la doble vida de su marido, se ha trasladado a vivir a otro pueblo de la región.

Pese a la posibilidad de secuelas de por vida para todos los afectados, los responsables de su cuidado han afirmado que su estado mejora regularmente.

Los tres hijos -de 12, 14 y 15 años- criados por Fritzl y su mujer incluso han vuelto a la escuela, según ha señalado la prensa local.

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