Sociedad

El sospechoso de la desaparición de Yéremi niega que violara a otro niño

  • Un menor señala a El Rubio en el juicio como el autor de la agresión sexual que sufrió en julio de 2012

El Rubio, esposado ayer en la Audiencia de Las Palmas por la presunta violación a otro niño hace cuatro años.

El Rubio, esposado ayer en la Audiencia de Las Palmas por la presunta violación a otro niño hace cuatro años. / Ángel Medina G. / efe

El sospechoso de la desaparición de Yéremi Vargas en 2007 negó ayer ante la Audiencia de Las Palmas haber violado a otro niño de nueve años en la chabola donde vivía en la localidad grancanaria de El Doctoral en julio de 2012, si bien el menor lo identificó como el hombre que lo agredió. El acusado, Antonio Ojeda, alias el Rubio, que se enfrenta a una condena de 13 años de cárcel, dijo que son "inciertos" los hechos que se le atribuyen y se limitó a contestar a las preguntas formuladas por su abogada, quien solicita su absolución, en la primera sesión del juicio que se celebra en Las Palmas.

El Rubio, detenido por estos hechos el año pasado, manifestó al tribunal que cuando el menor sufrió esa agresión su abuela le acusó de esos hechos, pero el niño negó entonces que él fuera el autor. Asimismo, dijo que denunció a la abuela el 24 de julio de 2012 ante la Guardia Civil, porque le había dicho que iba a caer sobre él "todo el peso de la ley".

Entre el público que asiste a la vista figura la madre de Yéremi Vargas, Ithaisa Suárez, quien está convencida al "cien por cien", que el acusado es el responsable de la desaparición y muerte de su hijo hace nueve años, como sostiene la Guardia Civil. "Quiero que él sepa que nosotros estamos aquí. Esperando una respuesta para saber dónde está nuestro niño. Quiero verle la cara porque llevo nueve años a verlo", sentenció la madre.

El menor narró al tribunal que estaba jugando al fútbol en un parque próximo a su casa cuando el acusado le dijo que tenía muchas bicicletas y que se fuera con él, a lo que accedió aunque luego se arrepintió. Sin embargo, no pudo marcharse porque el Rubio lo agarró de la mano fuertemente y lo llevó hasta una "chabola verde". Según el testimonio del menor, el procesado cerró la puerta, le bajó los pantalones y lo violó. Al terminar, el acusado le dijo que se fuera y salió corriendo a su casa, donde no contó nada de lo sucedido por miedo a que le "echaran la bronca" por haberse alejado del parque.

El menor relató que, días más tarde, en el parque situado junto a su casa narró lo sucedido a unos amigos y a los padres de éstos, que fueron quienes alertaron a su familia. Su madre y su abuela declararon que tienen sospechas de que el Rubio no estaba solo cuando supuestamente ocurrieron los hechos, sino que lo acompañaba otro vecino de la zona.

La madre afirmó que su hijo siempre ha reconocido al acusado como el autor de los hechos, aunque sus dudas surgen porque el otro individuo decía a todo el mundo, "follamos un ratito", la frase que le dijeron al niño aquel día en la chabola. Su abuela, de 72 años y que admitió que no recuerda bien los hechos, comentó que en ocasiones el niño también acusó a ese otro hombre, "porque su nieto le tenía rabia".

La progenitora afirmó que, al día siguiente de que le contaran los hechos, llevó al niño al centro de salud, donde le dijeron que tenía "una pequeña grieta" en el ano y "moratones en las piernas por haberle agarrado fuerte". Tanto la madre como la abuela indicaron que ese día el niño no cenó y que desde entonces comenzó a gritar por las noches, a vomitar al comer y a sentir asco por los alimentos.

Paralelamente, el delegado del Gobierno en Canarias, Enrique Hernández Bento, subrayó ayer que "existen pruebas contundentes" contra el Rubio en el caso de la desaparición de Yéremi, y pidió que se deje "trabajar a la Justicia". La Guardia Civil "lleva ya nueve años en este caso" y "entendemos que hay pruebas contundentes contra Ojeda", indicó.

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