Nutrición

La OCU somete a examen los tomates en bote

En salsa o al natural, el tomate es versátil y se utiliza en numerosos platos.

En salsa o al natural, el tomate es versátil y se utiliza en numerosos platos.

Hablar del tomate tiene su miga. O, mejor, tiene tomate. La hortaliza (aunque biológicamente sea una fruta) posiblemente más utilizada en la cocina destaca por su versatilidad y sus decenas de formas de preparación. Tal cual, cortado y con un poco de sal, en trozos para la ensalada, como mermelada, pelado o sin pelar, al horno... Y por supuesto el tomate envasado, la opción sin duda más cómoda cuando se quiere comer (o beber) tomate preparado.

En el supermercado se puede encontrar tomate en bote en múltiples formas de presentación, las mayoría con muy mala fama en cuanto a su valor nutritivo. Es uno de los productos más consumidos, y por eso la Organización de Consumidores OCU ha decidido someterlos a examen. Y la nota que han sacado ha sido sorprendentemente alta

En concreto, la OCU ha realizado un análisis del etiquetado de 113 muestras de tomate de bote. Ha utilizado tres categorías diferentes para el análisis: tomate triturado, que es el más parecido al natural, pero con sal y ácido cítrico; tomate frito, al que se le añade aceite, azúcar, sal y el mismo conservante; y salsa de tomate, que es parecido al anterior pero con más variedades de ingredientes.

Análisis de tomate en bote. Análisis de tomate en bote.

Análisis de tomate en bote. / Archivo

En general, aunque la opción de una salsa elaborada en el hogar es preferible, los productos procesados analizados no llevan excesos de azúcar, grasas o sal, y la mayor parte de los productos analizados ha obtenido una calificación A o B en el sistema Nutriscore. En concreto, 59 marcas tuvieron calificación A y 45, B, mientras que solo nueve productos se calificaron con un Nutriscore C. No está nada mal: Las cantidades de grasas y azúcares son aceptables y solo en algunos casos la sal puede ser puntualmente alta.

Por tipos de tomate

En el caso de las marcas de tomate triturado, la OCU encuentra que de las 16 muestras analizadas, 13 tenían sal añadida y la mayoría ácido cítrico (E330) para regular la acidez. Este es un aditivo sin riesgos. Respecto a los valores nutricionales, todos obtienen una puntuación A en el sistema Nutriscore, no tienen grasa añadida y las cantidades de sal y azúcar son bajas.

Para el tomate frito (la única categoría que está regulada por ley), entre los ingredientes añadidos en los envases analizados se observa que es más común que lleven aceite de oliva que de girasol. La cebolla también es un ingrediente muy habitual y adicionalmente se encuentran ingredientes más diversos.

Salsas de tomate en un establecimiento. Salsas de tomate en un establecimiento.

Salsas de tomate en un establecimiento. / Archivo

En más de la mitad se encuentra almidón y en uno de cada cuatro también se encuentran aromas. La mayor parte de las muestras de tomate frito obtiene una puntuación en Nutriscore A o B. En las grasas, azúcares y sal predominan los valores medios; aunque puntualmente se encuentran valores elevados de sal.

Por último, las salsas de tomate abarcan una variedad de salsas similares al tomate frito, aunque su consistencia suele ser algo más líquida. En este tipo de productos se han encontrado espesantes: dos muestras llevan goma guar (E412) y goma xantana (E415) y nueve añaden almidones. Respecto a los contenidos de grasas y sal en estos envases son similares a los del tomate frito, sin embargo, las cantidades de azúcares son algo más reducidas en estos productos.

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