Historia eurovisiva

La barca de Remedios Amaya sustituyó a la cantante más famosa en la España nochentera

Remedios Amaya en su actuación en Munich en 1983

Remedios Amaya en su actuación en Munich en 1983

En estos tiempos de Benidorm Fest, televotos, efectos especiales en la puesta en escena, pongamos en contexto lo que era el Festival de Eurovisión para la sociedad española de hace 40 años. En 1983 el PSOE de Felipe González llevaba pocos meses en el poder. La dirección del monopolio televisivo, RTVE, tenía al frente a José María Calviño, padre de la ministra Nadia Calviño, con las indicaciones de difuminar los rastros del franquismo en el ente público y renovar la cadena y media que veían los españoles, controlando para que los contenidos jugaran a favor del "cambio" socialista.

El Festival de Eurovisión en los tiempos 'nochenteros' de la Movida era un programa trasnochado, una gala nocturna que en ese momento buscaba el camino de la innovación desde las canciones melódicas y ortodoxas que habían marcado la senda y el éxito durante los 60 y 70. Ese festival se interpretaba aquí como una de esas herramientas que había tenido el franquismo para su propaganda de país moderno y un régimen aceptado en Europa. Pero en realidad había sido algo más. Eurovisión fue una rendija que trajo aire fresco a la audiencia en España y uno de esos foros que permitían ir integrando con espíritu democrático (¿hay algo más democrático que votar entre todos quién es el mejor?) a los países del continente, del muro para acá.

La renovada TVE quiso iniciar su etapa en Eurovisión con una propuesta que mostrara el aire diferente que llegaba desde una España que estaban negociando su entrada en la CEE. El festival del 83 se celebraba en Munich, con Alemania Occidental como más firme aliado de los intereses españoles durante décadas.

El cantante Víctor Manuel ha desvelado en una reciente entrevista de Jordi Bianciotto que ha saido publicada en distintos medios en la que cuenta que su esposa, Ana Belén, estuvo tentada a ir a Eurovisión en 1983. "El año que acabó yendo Remedios Amaya con ¿Quién maneja mi barca? Pero nosotros siempre lo hemos tenido claro. ¿qué pintamos allí?". Efectivamente, esa opinión sobre el Festival de Eurovisión la tenían por entonces todos los cantantes consagrados (Paloma San Basilio fue la única que se atrevió en aquella década y le fue mal, la verdad).

Ana Belén hubiera sido una magnífica voz para representar a España. En aquellos momentos formaba parte de un núcleo artístico que recibía la burla de los medios de derecha acusándoles de tener una claro favoritismo del PSOE (junto a Miguel Ríos, Massiel Rosa León. Por entonces Joaquín Sabina no era conocido a nivel nacional).

Ana Belén a principios de los años 80 Ana Belén a principios de los años 80

Ana Belén a principios de los años 80

De haber ido Ana Belén a Eurovisión en 1983 habría recibido por entonces críticas de todos los medios escritos en contra de todo lo que fuera labor de Felipe González. Para alguien de primer nivel era demasiado arriesgado aunque con seguridad habría estado entre los diez primeros puestos y que también entonces se hubiera considerado un fracaso.

TVE veía necesario, en caso de no contar con alguien estelar, llevar una delegación alternativa, diferente, innovadora a Eurovisión. Y así fue, se eligió a una joven cantaora sevillana, gitana, de 21 años, racial, de voz rasgada, a la que la televisión alemana, la ZDF, no le parecía bien el vestido elegido para el escenario elegido en Munich (una actitud sospechosa de racismo al cabo de 40 años ¿no?). Finalmente la sevillana tuvo que bailar con el modelo que lucía en el videoclip de promoción y descalza. Flamenco, sones que enraizaban con lo marroquí, una mujer descalza. Estamos ante la primera mujer gitana en Eurovisión.

Actuación de Remedios Amaya en Eurovisión 1983, Munich

Los jurados por entonces eran comisiones más bien estiradas, académicas y políticamente correctas aunque se buscara demoscópicamente, ejem, a una representación del país. Está claro que ¿Quién maneja mi barca?  (compuesta por los sanluqueños Isidro Muñoz, hermano de Manolo Sanlúcar; y José Miguel Évora( llegó con demasiada antelación al Festival de Eurovisión. Remedios acabó como la memorable barca: a la deriva, con cero puntos. Un eurodrama nacional que se vivió durante mucho tiempo como una decepción, con fracaso, y que a día de hoy hay que observarlo con el orgullo de quienes buscar innovar aunque no fueran comprendidos.

Ana Belén de manera indirecta nos permitió disfrutar de esa oportunidad con Remedios Amaya, que sacó  lo peor de aquel contexto y que con los años se ha revalorizado y puesto en el lugar sentimental que le corresponde por diversidad y romper clichés.

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