Sigue siendo la voz de ciclismo para Onda Cero, cadena para la que comentará la Vuelta. El Tour, al menos, lo hará en Eurosport, con su estreno televisivo como narrador. Javier Ares (Valladolid, 1954) lleva 40 años tras las dos ruedas.

-¿Cómo se especializó en el ciclismo?

-Fue un encargo, y desde entonces. En el año 82 comienzan a surgir nombres españoles y lo de cubrir el Tour fue una apuesta de García en Antena 3 Radio, a lo bestia. No se había hecho hasta entonces.

-Por entonces era impensable un maillot amarillo español.

-Pero se percibía que llegaría el momento. No tal vez de la manera tan fantástica. No hay parangón con lo que han hecho los ciclistas españoles. La mitad de los Tour de los últimos treinta años han sido triunfos españoles.

-¿El dopaje mancha al ciclismo?

-En deportes donde se gana por una décima hay deportistas al filo de la navaja con tentaciones de traspasar los límites. El dopaje en el ciclismo es inevitable, pero la medicina es la que debe estar encima para detectarlo. El ciclismo no se va a acabar por el dopaje.

-Y el bochorno de Armstrong...

-Es el caso que menos me sorprendió. No afectó a la credibilidad de este deporte. Él y su equipo siempre estaban bajo sospecha porque no parecían humanos...

-¿Qué hace grande al Tour?

-Es la prueba de las pruebas. Es la admiración por el esfuerzo de los ciclistas: son 21 días seguidos, eso no pasa en ningún deporte. Y se celebra en julio, con el foco casi en exclusividad. Es una delicia como espectáculo. Y es tanto un gran negocio como una gran fiesta.

-¿Nos tienen tirria los franceses?

-Francia es una gran país. Los franceses pueden habernos mirado por encima del hombro, pero ya no. Por los éxitos deportivos y por todos los logros de nuestro país.

-¿Qué le parece un invento como el VAR para el fútbol?

-Hace el fútbol más justo.