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FÁTIMA DÍAZ

Una gamberrada resultona y de consumo fácil

Existe una nueva categoría de series, junto a las archipopulares y exitosas sitcoms (comedias de situación), teleseries o series de larga duración, spin off (continuación de otra), reboot (de animación y acción) o miniseries, entre otras muchas denominaciones. Las series fast food: ficciones que se devoran y se digieren rápidamente aunque, al contrario de la comida, no sean de mala calidad.

Einstein, que Atreseries emite en abierto los miércoles, es una gamberrada resultona sobre un tataranieto del genio de la Física que ha heredado su talento y que intenta borrar de su mente que padece la enfermedad degenerativa de Huntington. Para ello hace propio el carpe diem de El club de los poetas muertos pero en su versión más autodestructiva. Sí, disfruta del presente y se bebe la vida a tragos con la ayuda de los estupefacientes. La comparación facilona es que estamos ante el House de la Ciencia, pero sería menospreciar la serie protagonizada por Hugh Laurie. En esta serie alemana las tramas son más lineales y no esconden ningún recoveco moral.

Para ser más exactos, lo que resulta es un híbrido de títulos como la ya citada House, Castle e incluso El mentalista, aunque bastante más oscura. Su protagonista, Félix, interpretado con el desparpajo y la arrogancia que procede del actor Tom Beck, no se achanta ante su dolencia, ni siquiera ante la proximidad de su muerte. Beck es la elección perfecta para un personaje con tantas aristas, atractivo a la par que deplorable, complicado a la vez que sencillo, pues es uno de esos actores que tienen carisma, aunque no se sepa bien dónde reside.

Con diálogos que muchas veces pretenden ser ingeniosos y no lo son -aunque en cada capítulo haya, eso sí, alguna perlita escondida-, Einstein agrada por su ausencia de pretensiones. Sus creadores han hecho de una ocurrencia una serie que actualiza cómo proceden en las investigaciones criminales tipos un pelín arrogantes y con un método de trabajo heterodoxo, un arquetipo cada vez más frecuente en la televisión.

Podría estar llamada a ser una parodia de este género policial y sesudo tipo NCIS o Hawai 5.0, que en realidad son folletines policiacos a lo Colombo. Nada que ver con Genius, sobre el propio Einstein, con un científico joven, sí, aunque nada que ver con su mujeriego e incívico tataranieto. Tocando temas como sus fracasos de juventud y sus primeros logros en el mundo académico, o su emotiva búsqueda de amor y contacto humano, Genius representa la antítesis de Einstein. Al fin y al cabo porque la genética sólo es la excusa para hacer un producto original, moderno, camorrista y de consumo fácil.

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