Aspirantes al bote del rosco

¿No está siendo ingrato 'Pasapalabra' con Marta Terrasa?

  • El concurso parece no reconocer el esfuerzo de sus participantes con la ausencia de recompensa al segundo de cada tarde 

Marta Terrasa en uno de sus programas de 'Pasapalabra'

Marta Terrasa en uno de sus programas de 'Pasapalabra' / Atresmedia

Aestas alturas todo el mundo conoce a la castellonense Marta Terrasa, la rival de Pablo Díaz en Pasapalabra. Una de las concursantes curtidas que el programa de Antena 3 rescató tras una anterior andadura en Telecinco. Tiene un nivel fenomenal, digno del carácter opositor de los primeros espadas del juego.

Bastante tiene cada tarde con que Pablo no se le escape en esa estrategia que tiene ahora de recitar en catarata las respuestas en el segundo pase. Sin perder la sonrisa y sabiendo que su correoso rival roza la infalibilidad (ora duda entre dos ciudades ecuatorianas con la “e”, ora se encharca entre afluentes del Danubio), su trayectoria en el concurso es de sobresaliente. Lleva 30 programas y sólo ha ganado en una ocasión, empatando en seis y en el resto peleando por detrás del canario.

Con Marta se está repitiendo la misma ingratitud del programa de ITVStudios con Luis y, por tanto, con todos los rivales de los campeonísimos del concurso: siguen adelante en la pelea por el bote pero sin recibir apenas una recompensa por un esfuerzo ejemplar. Marta apenas llega a los 5.000 euros tras más de un mes en antena cuando, por ejemplo, en una afortunada tarde en La ruleta de la suerte se supera con creces esa cantidad, un premio que en la época dorada de los concursos de grandes platós hubiera tenido carácter de migaja.

Con Marta, con Luis, Pasapalabra no está siendo generoso consigo mismo. Está claro que el millonario aliciente del bote es el atractivo y la meta, una cantidad jugosa a la que aspirar, pero también el dinero que va acumulando cada participante es también un reconocimiento al intento, a la preparación, a la pugna voluntariosa.

Pasapalabra paga 1.200 euros al ganador de cada tarde, un triunfo a plazos para los que rozan el bote con los dedos, pero el formato y la propia Antena 3 deberían plantearse reconocer el esfuerzo del segundo, del superviviente segundo. Una cantidad acumulable, aunque fuera modesta, por superar por ejemplo los 20 aciertos del rosco sería una consolación razonable para Luis, para Marta.

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